El último cuadro de da Vinci sale a la venta por 100 millones
“Descubrir un leonardo es como encontrar un planeta nuevo”, así titula Christie’s el artículo sobre la que va a ser la mejor venta en su historia. Salvator Mundi se subastará en Londres con un precio de salida de 100 millones de dólares. El retrato de Cristo con toga azul es la última obra del genio italiano que permanece en manos privadas. El sfumato, el pelo, la esfera de cristal, la mirada…es lo que asegura que es un leonardo y no una copia según los expertos.
El lienzo pintado alrededor del 1500 apareció por primera vez en el mercado cuando uno de tres comerciantes de Nueva York la compró por menos de $10.000, ya que por aquel entonces los expertos la consideraban una pintura de la escuela leonardesca y no un original. Su alegría fue muy grande cuando vendieron la obra a Sotheby’s y la compró un importante comerciarte suizo por 80 millones de dólares. Lo que no les alegró tanto fue enterarse de que este suizo la revendió por 47,5 millones más a un ruso multimillonario. Los tres mercaderes neoyorquinos preguntaron a Sotheby’s si estaban al tanto de esa reventa por semejante cantidad de dinero. Las sospechas apuntaban que Sotheby’s ya había enseñado esta obra al multimillonario en Rusia. La casa negó el conocimiento de las intenciones del intermediario, se levantaron cargos criminales, y se detuvo al dealer suizo. No obstante el caso no se cerró definitivamente.
Un año después se sabe que la protagonista de la historia, más que los coleccionistas y los dealers, está en manos privadas y se vente el próximo mes en Christie’s Londres. La identidad de los propietarios no se dará a conocer en la venta. Únicamente se sabe que es una colección europea. El 15 de noviembre sabremos a cuánto subirá esta importante pieza pintada por uno de los mayores artistas de todos los tiempos que siempre se había dado por perdida.
«No soy muy religioso», confiesa el crítico de arte Alastair Sooke mientras contempla Salvator Mundi, «pero encuentro que este cuadro se mueve genuinamente porque está ofreciendo una visión de paz que es un antídoto completo contra el día a día de la vida cotidiana. Realmente es un cuadro extraordinariamente memorable; da la sensación como si pudiera desaparecer en la sombra en cualquier momento”.
Loic Gouzer, director de Arte Contemporáneo de la Posguerra en Christie’s Nueva York afirma que “Igual que la Mona Lisa, este Cristo tiene un misterio imposible de descifrar por la mente humana”. El prestigioso crítico de arte, Alastair Sooke expresa que “cuando uno se sitúa cara a cara con Salvator Mundi se siente un aura de serenidad, humildad y emoción”.
El uso del sfumato, la borrosidad ahumada y aérea de límites y contornos es lo que más atestigua la autoría. Pero además, hay un interés real y una obsesión en el cabello, en la complejidad de estos rizos en cascada y la forma en la que los ilumina. Este era un hombre obsesionado con la óptica y la forma en que funcionaba la luz. Esto también se puede ver en la luz que pasa a través del orbe de cristal de roca transparente que Cristo sostiene en su mano izquierda. Por otro lado hay otras evidencias que descartan que pueda ser una copia del taller, como el labio superior que deja ver un dibujo preparatorio y la mano derecha un ligero arrepentimiento, aspectos propios de un original.