Panel 3. Cancuén, Guatemala. Foto de Jorge Pérez de Lara Elías
LOS MAYAS, UNA CULTURA VIVA Y BRILLANTE
La pasada semana se presentó en la Casa de América de Madrid el libro Los Mayas. Voces de Piedra, con la presencia de la historiadora mexicana María Alejandra Martínez de Velasco, coeditora del libro junto con Elena Vega, que acaban de publicar Turner, Ámbar Diseño y la UNAM. Además estuvieron también los tres autores españoles: Alfonso Lacadena, Ana García Barrios y Asier Rodríguez.
La edición es una obra coral, de más de 500 páginas y 300 fotografías, que ha contado con la colaboración de una treintena de especialistas de varias especialidades, fundamentalmente mexicanos, que abordan una civilización compleja como la maya, a través de sus principales manifestaciones artísticas, su forma de organización política, sus rituales mortuorios, su escritura, la guerra, la arquitectura, la vida cotidiana y muchos otros aspectos de la cultura maya, que pervive después de 3.000 años y que nunca terminó de desaparecer.
El libro comienza con una introducción de la historiadora Ana Luisa Izquierdo de la Cueva que nos da algunas claves de la identidad maya, un espacio que se extiende en diferentes períodos de tiempo por Guatemala y Belice, por la parte oriental de Tabasco y Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo en México y, en menor medida, la parte occidental de Honduras y El Salvador, con tres períodos históricos muy definidos por los historiadores y arqueólogos: Preclásico (2000 a.C-300 d.C), Clásico (300-900 d.C) y Posclásico (900-1542). Los mayas fueron una civilización autóctona, muy adaptada al medio ambiente y al entorno social en sus inicios, que posteriormente tuvo un florecimiento y prosperidad, con algunos momentos de colapso. Además fueron capaces de desarrollar varios idiomas y una escritura, denominada maya clásico o maya jeroglífico, que logró dar una unidad cultural e identitaria. Sus conocimientos científicos en áreas como las matemáticas y la astronomía, así como su visión de la religión, que ahormaba y sustentaba su cosmovisión son peculiaridades dentro de las culturas mesoamericanas de los tiempos prehispánicos.
A partir de la introducción, el libro se estructura en ocho capítulos, con aportaciones de historiadores, arqueólogos, astrónomos y epigrafistas que, con un estilo ameno, pero riguroso, nos acercan a múltiples aspectos de una cultura ancestral a través de objetos arqueológicos que permiten reconstruir su organización y linajes; la escritura jeroglífica que nos habla de los idiomas y su diversidad y de los relatos de esa civilización; su mundo sagrado, con los dioses del cielo y de la tierra; sus conocimientos astronómicos y miradas al inframundo; las relaciones entre los seres humanos y los dioses; los reyes, reinas y los cortesanos; su arquitectura y monumentalidad en los diferentes espacios; cómo vivían la guerra; y su organización política en función del espacio que habitaban.
Los objetos encontrados en los diferentes yacimientos arqueológicos, estudiados por estos especialistas, ha permitido reconstruir parte de las costumbres de los mayas, así como el desciframiento de la escritura jeroglífica que facilita el acceso a información adicional que ha ayudado a reconstruir vidas y obras, cargos y funciones, rituales y ceremonias, guerras y alianzas.
Las ilustraciones que acompañan a los textos recogen los lugares en los que se asentaba las poblaciones mayas en diferentes períodos históricos; el castillo o el Caracol de Chichén Itzá en la península de Yucatán, México; el templo de Tikal en Guatemala ; las estelas que tanta información contienen sobre los dignatarios mayas; los platos policromados encontrados en Guatemala; huesos esgrafiados que siempre contienen un relato; los estucos modelados de Palenque que tanto nos dicen de la representación de los gobernantes; o esos curiosos murales de Bonampak, descubiertos para el gran públicos hace 70 años; por citar algunos de los cientos de objetos reproducidos y mencionados en el libro, constituyen un testimonio visual valioso de un pueblo vivo y brillante, que alcanzó un alto grado de sofisticación en sus más de tres milenios de historia. Todavía hoy “la mayoría de etnias habita aún en sus territorios, habla sus lenguas y conserva, de algún modo, la herencia espiritual que les legaron sus antepasados” como sostiene Mercedes de la Garza Caminio en el epílogo del libro.
Los Mayas. Voces de Piedra. 516 páginas. Turner, Ámbar Diseño y UNAM. Varios autores. Precio: 79 euros. Julián H. Miranda