Cuando la guerra se camufla de paisaje
El artista conceptual Mate Maté presenta su último proyecto en la galería SELTZ de Barcelona, donde uniformes militares de múltiples ejércitos se han convertido en material metafórico-artístico para crear collages que representan montañas nevadas, ríos y no tan idílicas escenas de naturaleza.
Como todo en el trabajo de Mateo Maté, nada es lo que parece. Sus nuevos paisajes pudieran estar inspirados en Carlos de Haes o beber de las nerviosas pinceladas de los impresionistas que en el siglo XIX sacaron el caballete al aire libre; pero nada que ver.
Para empezar esos trabajos ni siquiera son pinturas, sino collages. Además, con una mirada más atenta descubrimos que se trata en realidad de composiciones hechas a partir de prendas de vestir, y no unas cualesquiera.
Son uniformes de camuflaje militar fabricados con telas sintéticas como el ripstop (resistente a los desgarros y supuestamente antibalas para sobrevivir mejor en una guerra). Desde esa perspectiva la cosa, desde luego, cambia y mucho.
Hablamos de Timeless Landscapes, la nueva propuesta con la que el artista madrileño trata de removernos por dentro y obligarnos a mirar con un poco de atención, siempre de forma activa. Porque sus obras recientes no son los inofensivos paisajes que aparentar ser, sino llamadas de atención sobre un asunto tan universal –y tan actual– como los conflictos bélicos.
Como siempre, Maté no denuncia. Simplemente pone frente a nuestros ojos una realidad incómoda que nos recuerda a la Franja de Gaza, Ucrania, Siria o Sudán (por desgracia, los frentes abiertos son múltiples ahora mismo). Y es que varios fragmentos de estos uniformes y otros tantos le han servido al autor conceptual para construir las escenas de naturaleza que ahora presenta en Barcelona.
El trabajo del madrileño se convierte así en un ejercicio de justicia simbólica y crítica visual, donde los paisajes montañosos encierran la memoria del conflicto, además de la tensión entre belleza y violencia.
“Estoy intentando devolver al arte lo que la guerra le ha quitado”, afirma el propio Maté. “Esta serie de trabajos trata de demostrar empíricamente una teoría forjada a partir de una intuición: que el camuflaje militar no existiría sin el descubrimiento y desarrollo de un lenguaje plástico artístico”.
De este modo, nos incita a descubrir que, efectivamente, los artistas del XIX no solo fomentaron movimientos prevanguardistas como el Impresionismo, sino también estrategias para mejorar la ocultación de las prendas de vestir de los soldados. Y que los pioneros de esos uniformes de camuflaje no fueron militares, sino pintores como el británico Salomon J. Solomon o el estadounidense Abbott Handerson Thayer.
Con su trabajo, Maté establece una conexión directa entre el lenguaje visual pictórico –trazos puntillistas llenas de verdes, ocres o colores terrosos– y su posterior apropiación por parte de los militares. Además, consigue el efecto contrario al que buscan los combatientes: transformar los materiales diseñados para ocultar en herramientas que revelan, generando una reflexión sobre el uso de la estética como instrumento de poder.
La encargada de presentar este nuevo proyecto de «paisajes atemporales» ha sido la galería SELTZ –antigua sede de la histórica Joan Prats–, que precisamente se estrena con esta exposición, abierta hasta el 12 de septiembre. Como apunta el comisario, José Luis Pérez Pont, la muestra trata de despojar al camuflaje de su capacidad táctica y situarlo en un contexto artístico que lo convierte en “arma de distracción masiva». Sol G. Moreno