Una muestra colectiva de pintura y escultura cierra la temporada en Ansorena

Una muestra colectiva de pintura y escultura cierra la temporada en Ansorena

Ayer se inauguró en Ansorena (Alcalá, 52)  una exposición que cierra la temporada 2024/2025: 4 pintores y 4 escultores, que reúne 46 obras, entre esculturas, pinturas y acuarelas de ocho artistas habituales en esta sala madrileña: Gary Bukovnik, Michele del Campo, Juan Manuel Fernández-Pinedo, Cristóbal Povedano, Carlos Albert, Alberto Bañuelos, Jesús Curiá y Ariel Elizondo. Todos ellos, pintores y escultores de diferentes generaciones tienen en común cómo innovan y cómo sus obras interpelan a los espectadores que las contemplan. Permanecerá abierta hasta el 31 de julio.

Del norteamericano Gary Bukovnik (Cleveland, 1947) Ansorena exhibe siete obras, donde no faltan esas sutiles acuarelas para representar el universo de las flores como en esos tulipanes en un jarrón alto con ese colorido que extrae de su paleta. Muchas de sus obras se han expuesto en museos y galerías internacionales. Y en sus composiciones llama la atención la vitalidad sensual y colorido que emana de sus pinceles.

Michele del Campo (Sannicandro Garganico, Italia, 1976) presenta tres obras de mediano y gran formato con un díptico muy poderoso. En sus pinturas ha ido añadiendo fragmentos para transmitir que somos un flujo continuo de realidades efimeras, que se van entrelazando y luchando para abrirse paso y permanecer en nuestra memoria.

Por su parte Juan Manuel Fernández-Pinedo (Madrid, 1978), exhibe media docena de pinturas de pequeño y gran formato en un díptico. En ellas se reflejan la atmósfera, paisaje y paisanaje de Zanzíbar, un archipiélago paradisíaco de Tanzania con una naturaleza exuberante.

Hay además siete obras en pequeño y mediano formato de Cristóbal Povedano (Priego de Córdoba, 1933). Arquitecto de formación, posee un riguroso sentido de la geometría y de la proporción. Cuida tanto el color como la línea y todo ello hace que el orden y la armonía de las ciencias exactas y de la naturaleza converjan en su obra.

Gary Bukovnik. Tulipanes coloridos en un jarrón alto. Acuarela. 91 x 60 cm.
Juan Manuel Fernández Pinedo. Retrato. 44 x 31 cm.
Cristóbal Povedano. Sin título, 2024. Óleo sobre tabla.
Michele del Campo. Cena con el artista. Óleo sobre lienzo. 120 x 150 cm. óleo

Entre los escultores mencionar las seis piezas de Carlos Albert (Madrid, 1978). Un escultor que comenzó formándose en la pintura pero que encontró un lenguaje más preciso en las tres dimensiones. Su creación escultórica parte de un proceso de análisis de la forma, el material, el espacio y el volumen. Aunque alterna diferentes materiales se suele inclinar por el hierro forjado, al acero inoxidable y al acero corten.

La trayectoria de Alberto Bañuelos (Burgos, 1949) ha sido muy prolífica desde hace más de cuatro décadas. Siempre se ha caracterizado por investigar y conocer las posibilidades que le ofrecen los diferentes materiales y eso junto a su curiosidad intelectual le ha permitido ahondar en varios tipos de lenguajes escultóricos que revelan un sustrato de gran riqueza plástica. Opta expresar todo rico discurso escultórico en formas sencillas, simples y de gran limpieza.

De Jesús Curiá (Madrid, 1969) hay cuatro piezas de pequeño y mediano formato. Con sus manos trabaja con diferentes materiales, desde bronce, acero, hierro, mármol o madera. La figura emerge como verdadera protagonista en su iconografía pero lo hace con una imagen en constante transición.

Por ultimo, siete obras de mediano y gran formato de Ariel Elizondo (Bruselas, 1968), un escultor vasco-navarro que trabaja principalmente con materiales como el acero corten y la piedra. Se nutre de una tradición artística ancestral, que transporta al espectador a un mundo pasado. La piedra le conecta con la madre tierra y la naturaleza mientras que  el acero le permite hacer ensamblajes y reflejar así el paso del tiempo en estructuras que conectan con el arte vasco de la segunda mitad del siglo XX.

Carlos Albert. Ausencia Presencia. Hierro forjado y madera de encina. 33x27x22 cm.
Alberto Bañuelos. Opus 824. 2012. Canto rodado. 30 x 20 x 32 cm.
Jesús Curiá. Kendo II. Bronce y piedra artificial. 20 x 72 x 38 cm.
Ariel Elizondo. Recorrido reflexivo. Acero cortén, 37 x 34 x 37 cm.