Pablo Hereza: “Es posible que aparezcan nuevas obras de Sebastián Gómez el Mulato”
El Cabildo de la catedral de Sevilla ha presentado esta semana la restauración de Cristo atado a la columna con san Pedro, desarrollada por la especialista Ana Marín López. Es un lienzo atribuido tradicionalmente a Murillo que ahora el historiador adscribe a Sebastián Gómez el Mulato. TEXTO: Fernando Rayón
En enero de 1810, los capuchinos de Sevilla embarcaron apresuradamente hacia Cádiz la mayor parte de las pinturas de Bartolomé Esteban Murillo ejecutadas para su iglesia conventual, logrando de esta forma salvarlas del saqueo napoleónico.
Al finalizar la contienda, los frailes –como agradecimiento– donaron a la catedral de Sevilla que tanto les había ayudado dos cuadros: El ángel de la guarda de Murillo y el lienzo que nos ocupa, Cristo atado a la columna con san Pedro, y que acaba de ser restaurado. Ambos siguen hoy en la catedral de Sevilla.
Precisamente la limpieza de este último por parte de la especialista Ana Marín López dentro del plan de conservación promovido por el Cabildo Catedral de Sevilla, ha suscitado una nueva discusión sobre la tradicional atribución a Murillo. Así las cosas, el especialista en el maestro Pablo Hereza ha recuperado en Ars Magazine (ver aquí) la tradicional atribución a Sebastián Gómez el Mulato, discípulo del maestro.
Ya fray Ángel de León lo atribuía a este pintor en 1805: “En el principal testero de la sacristía hay un cuadro con el Señor en la columna, y San Pedro a sus pies llorando, su autor el Mulato, discípulo de Murillo”. Y luego lo confirmó el historiador Juan Agustín Ceán Bermúdez, quien aludía a el Mulato como uno de los «amados discípulos de Murillo que, aunque esclavo, también le había enseñado la pintura».
No es de extrañar, como señala Hereza, el viraje desde el Mulato hasta Murillo que se produce con la donación a la catedral de Sevilla. Una operación capuchina para revalorizar su gratitud a la catedral, con una obra supuestamente del maestro frente al más desconocido Sebastián Gómez.
A partir de aquí, el historiador sevillano intenta distinguir en su artículo «El misterio de los dos Sebastián Gómez andaluces» la figura de el Mulato de su homónimo granadino. Dos pintores con el mismo nombre que la historiografía ha identificado erróneamente. Uno discípulo de Murillo en Sevilla y el otro de Alonso Cano en Granada. Dos estilos diferentes.
Del granadino solo conocemos dos lienzos firmados actualmente conservados en los museos de Sevilla y Salamanca. Pero nada se conserva del mulato sevillano. Este lienzo de Cristo atado a la columna con san Pedro, ejecutado a la luz de las enseñanzas y modelos de Murillo, nos permite acercarnos, junto con los documentos que le citan de la época, a un pintor singular más allá de su condición de aprendiz, siervo o esclavo. “Es muy posible –asegura Pablo Hereza– que a partir de ahora aparezcan otros lienzos que podamos adscribir a Sebastián Gómez el Mulato”.