El Prado compra en Londres El Bautismo de Cristo de Machuca
El Museo Nacional del Prado compró la semana pasada en la sala Christie’s de Londres por 73.000 euros una obra singular. Se trata del Bautismo de Cristo (99,6 x 71,1 cm) del artista renacentista Pedro Machuca (Toledo, ca. 1490 – Granada, 1550) pintado probablemente en Roma durante su estancia italiana. Esta tabla, que reapareció en el mercado en 2017, ya había sido identificada como original del artista por Nicole Dacos en 1984 y Pierluigi Leone de Castris al año siguiente. Precisamente este último la dató hacia 1518 en Roma. Texto: Fernando Rayón
Junto con Alonso Berruguete, Diego de Siloé y Bartolomé Ordóñez, Pedro Machuca es uno de los cuatro artistas a los que el pintor Francisco de Holanda llamó las águilas del Renacimiento en España: responsables de la introducción del arte italiano en nuestro país. Tras regresar en 1520, Machuca trabajó como pintor en la capilla Real de Granada, así como en Jaén, Toledo y Uclés.
Pero al ser un artista renacentista en todos los sentidos también se ocupó, por encargo del emperador Carlos V, de la construcción de su nuevo palacio en la Alhambra, donde la arquitectura y la escultura conforman el edificio más italiano edificado en suelo español.
Efectivamente, aunque Machuca nació en Toledo, se formó en Italia, identificándose habitualmente con el “Pedro Spagnuolo” que algunos documentos mencionan como discípulo de Miguel Ángel.
Allí también conoció la pintura de Rafael Sanzio, cuyo estilo revelan algunas de sus obras. Tuvo en aquellos años una estrecha relación con Polidoro Caldara (Polidoro da Caravaggio), pintor al fresco ayudante de Miguel Ángel.
Precisamente, la tabla adquirida por el Prado demuestra como pocas esa dependencia de los modelos miguelangelescos. Los colores claros y brillantes sirven para destacar aún más las dos figuras de los protagonistas de la escena bíblica.
Tanto Jesucristo como su primo san Juan se caracterizan por un dibujo firme y contundente donde las contorsiones y los escorzos recuerdan algunas de las figuras de la Capilla Sixtina.
En un cielo que se rompe para dejar pasar al Espíritu Santo, el Dios Padre rodeado de ángeles recuerda sin embargo a algunas de las obras posteriores del maestro. La tabla es una rareza al ser una de las pocas obras atribuidas a Machuca del periodo italiano.
Hasta ahora, solo se situaban en aquel período una Sagrada Familia de la romana Galería Borghese atribuida ya por Roberto Longhi al maestro español; otra Sagrada Familia con san Juanito de la Národní Galerie de Praga, y La Virgen y las ánimas del Purgatorio firmada tres años antes de retornar a España. El dibujo que comparten todas estas obras recuerda mucho a Miguel Ángel, pero también a otras obras de Rafael.
Con esta obra el Prado sigue completando una de las lagunas más importantes de su colección: aquella que correspondía a los pintores españoles durante su estancia en Italia o artistas italianos que trabajaban en aquel momento en España.
Adquisiciones recientes como la Alegoría de la Templanza de Alonso Berruguete, La Oración en el Huerto de Paolo de san Leocadio, Cristo camino del Calvario de Pedro de Campaña, La Virgen con el Niño de Juan de Juanes o esta tabla de Machuca han venido a paliar esta escasez. La exposición Otro Renacimiento en el Prado vino a demostrar la importancia y trascendencia de esta época para el futuro de nuestro arte.
El Museo del Prado conservaba hasta ahora dos obras de Machuca: La Virgen y las ánimas del Purgatorio o Virgen del sufragio –una curiosa versión del tema de la Virgen de la Leche, que, en este caso, sirve para auxiliar a las almas del Purgatorio– y el Descendimiento de la Cruz pintado tres años antes de su fallecimiento.