Nick Knight y la intimidad del jardín
La exposición que el fotógrafo protagoniza en la Fundación Barrié muestra una parte desconocida de su trabajo, alejada de las producciones de moda que tanto le caracterizan: las instantáneas que toma de las rosas de su casa.
Cuando la escritora y filósofa italiana Pia Pera se desencantó del mundo académico, decidió dedicarse a restaurar una finca abandonada en La Toscana para convertirla en un vergel y escribió una obra titulada Aún no se lo he dicho a mi jardín.
La información que le estaba ocultando a todas aquellas plantas a las que había dedicado su vida era que, a pesar de no haber cumplido aún los 60 años, se estaba muriendo. En esta obra, une de manera íntima su pasión por las plantas y sus pensamientos acerca de la muerte, utilizando ese espacio como excusa para reflexionar sobre la vida y su inminente final.
De un modo similar, el fotógrafo Nick Knight –que se caracteriza por sus imágenes coloridas, excéntricas y, en muchas ocasiones, futuristas– utiliza su propio jardín para crear obras mucho más íntimas, más personales y reflexivas. Lejos queda la estética de aquellas instantáneas de colores saturados e ideas extravagantes por las que le conocemos. En las 50 imágenes que muestra ahora la Fundación Barrié en Roses from my garden –algunas de ellas inéditas– todo es reposado, bello y enigmático al mismo tiempo.
El proceso de Knight para tomar estas fotografías es el siguiente: en primer lugar, selecciona las mejores flores de su finca. A continuación las corta, las coloca sobre la mesa de la cocina cuidadosamente organizadas y las retrata con su iPhone, sin utilizar más luz que la que haya en la estancia en ese momento.
Sin embargo, ni siquiera en este trabajo tan aparentemente rudimentario y cotidiano abandona su pasión por la experimentación y por la aplicación de nuevas tecnologías (que le llevó, hace unos años, a crear su propio proyecto con NFTs, ikon-1).
Por ello, una vez hechas las fotografías, procede a editarlas con un software que utiliza inteligencia artificial. Este amplía y filtra las imágenes, rellenando el espacio entre píxeles, definiendo las áreas desenfocadas y dando como resultado obras de gran formato con cierto aura pictórico, que recuerdan a los bodegones flores del siglo XVII. En palabras del propio artista, «son en cierto modo un homenaje a la pintura».
Aunque esta faceta de Knight es bastante desconocida dentro de su producción artística no es nueva, pues ya en 1997 lanzó un libro en el que su trabajo se inspiraba en el mundo vegetal. Se trata de Flora, un volumen en el que recopiló fotografías de la colección del Museo de Historia Natural de Londres, mostrando 46 especies de plantas que él consideraba algunas de las más sorprendentes. Se trató, además, del primer acercamiento fotográfico a la colección de dicha entidad.
La muestra gallega permite al visitante imaginar qué cosas le contará –y cuáles le ocultará– el artista a los rosales de su jardín y podrá visitarse hasta el próximo 26 de enero en la Fundación Barrié, que ya ha traído a Coruña anteriormente la obra de fotógrafos de la talla de Alfred Stieglitz, Ansel Adams o Graciela Iturbide, entre otros. Sofía Guardiola