Mari Chordà: “Arte y política son a lo que más horas he dedicado en mi vida”
Sus poemas hablan de maternidad, placer y una sexualidad femenina libre. Un imaginario que completa con sus pinturas, que resignifican lo que es ser mujer. Mari Chordà (Amposta, 1942) concibe el arte y la política como parte indisociable de su vida. Activista, pintora, poeta, editora… La artista es todo esto y muchas otras cosas, precisamente el nombre que recibe la muestra que le dedica el MACBA (hasta el 12 de enero).
- ¿Qué obras puede ver el visitante en esta exposición?
*Es difícil contarlo, porque se trata del trabajo de muchas décadas. Hay algunas hechas en París hace más de 50 años y otras más próximas; por ejemplo, muchas son fotografías del mar.
- En este caso, sus poemas acompañan a sus obras y viceversa.
*Todo viene de la primera muestra que organicé en Amposta. La llevaba una mujer que tenía una galería que se llamaba Ciento. Ella me dijo que le gustaban mucho mis poesías y que por qué no las poníamos. Ahí surgió la idea.
- En su proceso de creación, ¿suele nacer antes la poesía o el arte plástico?
*La pintura siempre viene primero y, a partir de ahí, surge todo lo demás. Los poemas empezaron con las Primeras Jornadas Catalanas de la Mujer y salieron sin nombre, porque pensaba que era una cuestión de todas.
- ¿Qué buscaba cuándo realizó aquella instalación fotográfica y en vídeo subacuática?
*Mi intención era pasármelo pipa, porque ahora con mi edad –tengo 83 años– no hago este tipo de cosas. Ya me da un poco de miedo. Entonces me encantaba, porque comenzó en un lugar divino, Cabo de Gata, donde el agua era muy clara y en cuanto te sumergías veías maravillas. Las tres series de fotografías subacuáticas las hice con tres mujeres que me hicieron de modelo.
- He leído en muchos sitios que definen su arte como «psicodélico» y «pop». No sé si está de acuerdo…
*Con lo de psicodélico no… Aunque sí que hay ciertos arrebatos de pop, sobre todo al principio.
- En sus pinturas se repite el tema de los fluidos corporales, las secreciones, los órganos sexuales, siempre desde una mirada femenina. ¿Por qué?
*Es algo íntimo que tenemos todas. Ahora no hay tanto pintor que realice este tipo de obras, ni siquiera figurativos, pero hubo un momento en el que los cuerpos de las mujeres los pintaban los hombres. Eran cuerpos que siempre estaban al servicio de la mirada masculina. Empecé a hacer esta especie de vaginas, precisamente, para darle otro significado: porque esto somos nosotras, no esa mujer abierta de piernas.
- Sus obras se alejan totalmente del academicismo de la escuela de Bellas Artes donde estudió. ¿De dónde nace este rupturismo?
*Éramos un grupito de 12 o 13 mujeres, entre ellas Soledad Sevilla, a las que no nos parecía bien que pusieran a una mujer desnuda todo el rato, mientras que el chico llevaba taparrabos. Todo era muy clásico. Yo no sé cómo salimos haciendo cosas totalmente fuera de aquel clasicismo barato.
- Una parte de su trabajo se desarrolló durante la dictadura franquista. ¿Ha sufrido la censura con alguna de sus pinturas o esculturas?
*No, porque no estaba a la vista. Todo estaba guardado en unos espacios que había en casa de mis padres y lo iba llevando con maletas desde París.
- ¿Lo sigue conservando todo?
*Algunas obras se han perdido y otras se han estropeado tanto que han desaparecido. Cuando no tienes un espacio propio, lo guardas donde puedes. Además, cuando eres joven no valoras tanto la obra. No te das cuenta de que luego puedes estar 20 años sin hacer nada por un malestar y tener un vacío.
- Parece que el reconocimiento a las mujeres solo llega cuando se es mayor o directamente se ha muerto, como el suyo, que llega de forma tardía. ¿Por qué cree que sucede esto?
*Digamos que no se creen que estés haciendo ua obra importante. En mi caso, porque además de al arte me dedicaba a otras historias políticas. Hemos hablado de arte y política, que yo pienso son las dos cosas a las que más horas he dedicado en mi vida. Es difícil no hacerlo, cuando tienes la necesidad de ver que el mundo tiene que cambiar. Nerea Méndez Pérez