Cuatro siglos de ‘Ukiyo-e’ muestran en Zaragoza a la mujer japonesa

Cuatro siglos de Ukiyo-e muestran en Zaragoza a la mujer japonesa

El Palacio de Sástago presenta por vez primera más de un centenar de estampas japonesas de la colección Pasamar-Onila que pertenecen al periodo Edo y se centran en el género del bijin-ga, que muestran el ideal de belleza femenina. TEXTO: Ricardo Centellas

La Diputación de Zaragoza ha organizado una exposición de ukiyo-e en el Palacio de Sástago de la capital aragonesa: La mujer en Japón. Cuatro siglos de ukiyo-e y shin-hanga en la Colección Pasamar-Onila, que se podrá visitar hasta fin de año. Del millar de obras que integran esta colección, que aún sigue creciendo, se han seleccionado 146 estampas, un rollo y seis libros ilustrados para presentarlas al público por vez primera.

Kunisada II y Kawanabe Kyosai, Koman del Minoya, 1867. Ukiyo-e. Colección Pasamar-Onila. Fotografía: Javier Romeo.

“Lo que empezó como un arrebato estético, pronto se convirtió en una pasión obsesiva de coleccionista, centrada en el género del bijin-ga (las mujeres ‘bellas’ del ideal artístico japonés). Hasta el punto de que he pensado que estas me elegían a mí, y no al revés”, explica su propietario.

La colección Pasamar-Onila tiene una vocación enciclopédica respecto del ukiyo-e, que por su diversidad de estampas bijin-ga la hace única y especial en el panorama de los conjuntos, tanto privados como públicos de España. Una de sus fortalezas es que busca las piezas más antiguas y menos habituales del periodo Edo (1603-1868), algunas de las cuales están presentes en la muestra.

El recorrido presenta numerosos artistas, entre los que cabría destacar a Keisai Eisen, Tsukioka Yoshitoshi y Kitagawa Utamaro como los preferidos del coleccionista, sin descuidar a las mujeres. El genial Utamaro –que junto con Katsushika Hokusai, autor de la célebre ola junto al monte Fuji e Utagawa Hiroshige forman la terna más famosa y mejor del arte japonés–, posee un ámbito propio en la exposición con casi 40 obras.

El espectador se encuentra así con estampas que le trasladan a la corte imperial del periodo Heian con sus damas, cortesanas y poetas, incluso a la propia novela del príncipe Genji (periodo dorado de la antigua capital Heian-kyō, actual Kioto).

También podrá viajar a lugares famosos de Edo –la actual Tokio–, el monte Fuji, el río Sumida o Enoshima, así como al lecho de los amantes que, en una sala propia, se exhiben como lo mejor del género shunga, las pinturas eróticas y sexuales. Todo un mundo de disfrute, elegancia y belleza inherente al ukiyo-e, “imágenes del mundo flotante”, la vida de lo efímero.

Keisai Eisen, Mujer bella leyendo una carta, 1830-1842. Kakemono. Colección Pasamar-Onila. Fotografía: Javier Romeo.
Katsushika Hokusai, Dioses del coito / Manpuku wagojin, 1821. Libro grabado de shunga, Colección Pasamar-Onila. Fotografía: Javier Romeo.
Isoda Koryusai, Miyato de la casa Kadotamaya, 1776-1777. Ukiyo-e. Colección Pasamar-Onila. Fotografía: Javier Romeo.