¿Quiénes han sido las artistas romanas del siglo XX?
Los Museos de Villa Torlonia, en Roma, exponen más de un centenar de obras realizadas por mujeres cuyas carreras se desarrollaron en la capital italiana durante el siglo pasado, muchas de ellas desconocidas fuera de sus fronteras.
Cada vez es más habitual que los museos dediquen esfuerzos a recuperar la figura de mujeres artistas que quedaron en un segundo plano en la historia del arte. Es muy normal echar un vistazo a una programación expositiva y encontrar que se dedica una muestra monográfica de una artista.
En muchos casos es de una pintora, fotógrafa o escultora a la que no conocías y, cuando vas a verla, te encuentras con que tuvo una larga trayectoria, unas piezas notorias y relaciones consolidadas con los artistas –hombres– a los que, por supuesto, se conoce de sobra.
En este esfuerzo por dar visibilidad creadoras menos conocidas, los museos de Villa Torlonia –concretamente, el Casino dei Principi–, presentan Artiste a Roma. Percorsi tra Secessione, Futurismo e Ritorno all’Ordine, una colectiva en la que se exponen más de un centenar de autoras que trabajaron en la capital italiana durante el siglo XX.
En ella se pueden encontrar piezas futuristas, realistas, simbolistas, de pintura metafísica y, sobre todo, un listado de nombres bastante desconocido. De hecho, al hacer una búsqueda en Google de algunos de ellos con el fin de saber algo sobre su biografía, encontramos no solo que no tienen página en Wikipedia –lo cual es síntoma, hoy en día, de ser alguien poco conocido–, sino que ni siquiera hay referencias a ellas que no estén en italiano.
Una de ellas es la letona Edita Broglio, conocida por sus obras de realismo mágico, colores planos y carácter profundamente naif. Fundó junto a su marido, Alfredo Broglio, la revista Valores Plásticos, que quizá proporcione otra pista sobre por qué muchas de estas mujeres han sido relegadas al olvido.
La publicación, fundada en 1918, teorizaba sobre una vuelta a la estética clásica, al tiempo que ensalzaba los valores patrios de Italia (con unas ideas que también tomaría y difundiría el fascismo).
En esta misma línea, una de las artistas quizá más conocidas es la fotógrafa Ghitta Carell, famosa por haber retratado a las grandes personalidades de la Italia de Mussolini, como las familias Mondadori y Pirelli, e incluso el mismo duce.
Carell, que provenía de una familia judía húngara, fue conocida por imitar las poses de los cuadros renacentistas en las instantáneas que tomaba de sus modelos, entre los que se encontraban hijos de embajadores y varios miembros de casas reales europeas como su mejor cliente: Sofía de Prusia (abuela de Sofía, actual reina emérita de España).
En cuanto a sus fotos de Mussolini, las realizó durante dos sesiones y destacan por su gran intimidad y humanidad. Sin embargo, meses después de las aquellas imágenes, el dictador promulgó las leyes raciales y Carell tuvo que abandonar los círculos de poder de los que había sido la principal retratista por su condición de judía.
Al acabar la guerra, por el contrario, sería el motivo opuesto por el que nadie querría contratarla: la gente no quería pagar a una artista a la que consideraban fascista, por haber fotografiado a Mussolini.
La futurista Benedetta Cappa es otro de las artistas presentes en la muestra. Por desgracia, durante mucho tiempo fue relegada al papel de esposa de Marinetti. Trabajó el lienzo, el dibujo, la escultura en metal y el arte textil, además escribió tanto poesía como prosa.
Siempre se la ha considerado parte del futurismo, sin embargo ella escribió en una carta a su marido contando que se sentía constreñida por esta categoría, y que creía que era demasiado libre e independiente para encajar en una definición tan cerrada.
Por si esto fuera poco, en sus textos fundacionales este movimiento tuvo cierto carácter misógino, quizá porque sus características principales –pasión por la velocidad, violencia– parecían atributos que tradicionalmente se asociaban a la virilidad.
Esto llevó a que una futurista como Valentine de Saint-Point escribiera el Manifiesto de la mujer futurista en respuesta al de Marinetti. Así, poco a poco, fue llegando la conocida como segunda ola del movimiento, que mostró una mayor apertura hacia el género femenino y que, de hecho, contó con numerosas artistas entre sus filas.
Más nombres que pueden descubrirse en la muestra romana son Milena Paulovic, considerada una de las autoras serbias más importantes de la pintura metafísica, en la línea de Giorgio de Chirico; Pasquarosa, con sus naturalezas muertas de colores vibrantes y naturaleza intimista; o la pintora y escultora lituana Antonietta Raphaël Mafai. En total, 26 artistas que formaron parte del panorama vanguardista de la Roma del siglo XX y cuyas obras podrán contemplarse en el museo de la capital italiana hasta el próximo 10 de octubre. Sofía Guardiola