Un broche Gargoyle de Cartier destaca en Ansorena
La joya representa un modelo renacentista de 1895 inusual en el mercado
Ansorena celebrará los próximos 23, 24 y 25 de enero la subasta inaugural del año en donde la pieza más sobresaliente es un broche Gargoyle de CARTIER (núm. 1345) de finales del siglo XIX al que acompaña un certificado de autenticidad de la propia Maison.
La creación es un llamativo diseño renacentista de seres fantásticos realizado en oro amarillo, esmaltes, perlas, esmeraldas y diamantes.
La MAISON CARTIER es sin duda uno de los máximos exponentes de la joyería internacional con una larga trayectoria en el tiempo. Los inicios datan de 1847 cuando Louis-François (1819-1904) se hace cargo del taller de su maestro Adolphe Picard, situado en el número 29 de la Rue Montorgueil de Paris.
En 1856 la princesa Matilde (prima de Napoleón III) adquiere por primera vez una pieza introduciendo así la firma entre la élite social de la época.
En 1898 Louise Cartier (1875-1942) -nieto del fundador -se une a la firma comenzando así su crecimiento empresarial y época dorada. La casa se traslada a la Rue de la Paix en Paris y comienza a crear obras en el afamado estilo “Guirlande” con un uso pionero del platino.
Los siguientes años se desarrollará su expansión internacional con la apertura de una nueva tienda en 1902, en el número 4 de New Burlington Street, por Pierre Cartier (1878-1964), -hermano de Louis- coincidiendo con la coronación de Eduardo VII y convirtiéndose así en proveedor real en Inglaterra y posteriormente en España, Siam y Rusia.
En 1909 abren la filial de Nueva York en la Quinta Avenida, y en 1911, Jacques Cartier- el último de los hermanos- asumirá el reto de introducir la firma en la India y en los Países del Golfo Pérsico, consolidándose así definitivamente su globalización y prestigio entre las élites internacionales.
Los siguientes años se caracterizarán por la salida al mercado de diseños que rápidamente se convierten en iconos como los motivos de pantera o los motivos vegetales “tutti frutti” entre otros.
La importancia de esta alhaja reside en su interés histórico- al ser una creación de los tiempos iniciales de la firma- cuyos ejemplos escasean en el mercado por lo que los 10.000 € propuestos de salida pueden resultar interesantes para los coleccionistas.
En el apartado de Artes Decorativas llama la atención la papelera núm. 846 realizada en laca Namban de periodo Azuchi-Momoyama de principios del siglo XVII con algunas aplicaciones posteriores. Las puertas están decoradas con aplicaciones de nácar siguiendo la técnica japonesa llamada raden y con paisajes y animales al interior de realizadas en técnica maki-e. Por el solicitan 7.000 €.
En la misma sección sobresale el cabinet flamenco (núm.847) del siglo XVII en madera ebonizada con molduras rizadas y marquetería geométrica en madera frutales en el interior con un precio inicial de 6.000 €.
Otros lotes de menor importe también pueden resultar atractivos como el reloj inglés bracket 906 de mediados del siglo XVIII realizado en madera lacada en rojo con decoración de chinoisseries y firma en la esfera William Creak London a la venta en 1.500 €; o el sillón fernandino 861 en madera de caoba tallada del siglo XIX con respaldo en forma de venera y brazos en forma de cisne que puede adquirirse en 200 €.
También resulta atractivo por los 120 € de salida el número 822. Compuesto de una jarra y un bowl en porcelana esmaltada de Sèvres de finales del siglo XVIII presenta una decoración pintada de bodegones de flores y frutas al interior de cartelas doradas, posiblemente del dorador y pintor de la manufactura Ètienne-Henry le Guay. Noemí Marín