Y ahora, la Bolsa del arte
La primera obra en participar en la «bolsa del arte», puesta en marcha con el nombre de Artex, será el tríptico Tres estudios para un retrato de George Dyer de Francis Bacon. Se pondrá a disposición de los inversores un 70% de la obra, valorada en 55 millones de dólares. Cada acción tendrá un valor de 100 dólares.
Esta semana en Londres se ha anunciado el siguiente paso en el proceso de financiarización del arte: la creación de un mercado de valores de obras. La iniciativa llevará el nombre de Artex Stock Exchange, tendrá base en Liechtenstein, cuenta con el sello de aprobación de la Unión Europea para operar y ya ha dado a conocer cuál será su primer producto de inversión.
Se trata de Tres estudios para un retrato de George Dyer de Francis Bacon valorado en 55 millones de dólares. Su actual propietario lo adquirió en una subasta en Sotheby’s en 2017 y pagó 51,8 millones de dólares (estaba estimada entre 50 y 70 millones).
Tal y como informa Financial Times, la oferta de acciones inicial se limitará a un 70% del valor del tríptico –38,5 millones de dólares– y cada una tendrá un valor establecido de 100 dólares. Su venta a instituciones financieras autorizadas comenzará el 19 de junio y al público el 21 de julio.
Yassir Benjelloun-Touimi, cofundador y director de Artex ha declarado al mismo medio, ante las sospechas de especulación, que las directrices de la plataforma imponen «transparencia y no discriminación» y añade que «el arte no es como el petróleo, no es un producto». Aún así considera que «se puede limitar la especulación, pero no pararla. Forma parte de la naturaleza humana».
En cuanto a los beneficios de la empresa, Artex recibirá un 3% de la valoración de la obra y también cobrará «una pequeña comisión» de cada transacción.
El futuro de la inciativa, tal y como ha contado El Mundo, pasa por la incorporación de más obras, que en cualquier caso deberán estar valoradas en más de 50 millones de dólares. Previsiblemente, se incluirá una obra de Van Gogh durante el verano y más adelante otras de Picasso o Rembrandt hasta alcanzar un valor conjunto de 1.000 millones.
El diario menciona a Diana Windmaier Picasso y a la Casa de Liechtenstein como partícipes de Artex. Estos últimos buscarían aumentar su colección gracias a los beneficios obtenidos. En sus declaraciones a El Mundo el director gerente de la empresa, Rubén Puga, ha asegurado que «pretende llevar a los museos los cuadros cotizados para que la gente pueda ver directamente la parte de la pintura de la que es propietario».
No obstante, este anuncio nos deja con más preguntas que respuestas. La primera y la más importante: ¿de qué manera se calculará el incremento de las obras si estas no salen a subasta? Llegado el momento de la verdad la tasación estará a cargo de Sotheby’s, pero cabe la pena preguntarse cuál será la reacción de los accionistas ante esa valoración periódica, ya que no deja de ser una predicción sobre el comportamiento de una obra en el mercado.
En el caso de las cifras de la obra de Bacon, la casa de subastas la valoró entre 50 y 70 millones y se vendió por 51,8. Seis años después se ofrece por 55 millones tras un mes de mayo en el que los resultados de las licitaciones de arte contemporáneo en Nueva York muestran una posible corrección en los precios.
Otras preguntas podrían aludir a cómo afectará a la cotización la presencia de estas obras en museos o incluso su visibilidad en medios de comunicación, redes sociales, cine, televisión… El mercado tradicional ya está influido por todas estas variables, pero a un ritmo mucho más calmado que el mercado de valores.
La Bolsa es, en cierta medida, un juego de prestigio y cuando las reacciones son en tiempo real, su ganancia o pérdida puede tener efectos mucho más intensos de a los que estamos acostumbrados en el mundo del arte. Héctor San José.