El retrato de Lope pintado por Van der Hamen busca nuevo dueño
Sotheby’s Nueva York ofrece el próximo 26 de enero el lienzo que Benito Navarrete dio a conocer en ARS Magazine hace 12 años, cuando identificó la efigie perdida del Fénix de los Ingenios en una colección particular alemana. La casa de subastas espera alcanzar el millón de dólares con esta tela de posible procedencia española en su primera sesión de Master Paintings.
Fue todo un descubrimiento. El retrato perdido de Lope de Vega pintado por Juan van der Hamen se encontró en una colección particular de Múnich. El profesor Benito Navarrete fue el responsable del hallazgo, cuyos resultados publicó con todo lujo de detalles en ARS Magazine (número 6). Más de 12 años después, este cuadro sale a la venta y busca nuevo dueño en Sotheby’s Nueva York.
Hasta 2010 solo había prácticamente tres retratos seguros de la mano del pintor español de origen flamenco, según William B. Jordan: Francisco de la Cueva y Silva conservado en la Academia de San Fernando –único firmado y fechado–; Jean de Croÿ, Conde de Solre y Retrato de enano (que se alberga en el Prado). Si bien existen otros cuadros como el de la Catalina de Erauso o los hermanos Sacchetti que también se le atribuyen con fundamento.
Entonces llegó el catedrático de la Universidad de Alcalá y descubrió un nuevo retrato. Pero no uno cualquiera. Se trataba del Fénix de los Ingenios, protagonista indiscutible del Siglo de Oro español y uno de los mejores amigos del pintor, que le inmortalizó hasta en dos ocasiones. Al menos así consta en un par de testimonios documentales.
La obra había estado anteriormente atribuida a Eugenio Cajés, pero la preparación del lienzo, los rasgos marcados del rostro y detalles como el golpe de brillo en la uña que aprieta el papel denotaban la mano del maestro de bodegones del siglo XVII.
Según explicaba Navarrete en su artículo De poesía y pintura, “creo haber localizado el retrato perdido de Lope de Vega pintado por Van der Hamen (…) Este formaría serie con el del famoso letrado vallisoletano [De la Cueva] para alguno de los conjuntos que representaban a los ‘Ingenios de Madrid’”. Ambos aparecen retratados de tres cuartos y poseen las mismas características formales.
Como hemos dicho, la tela conservada en la Academia de San Fernando es el único retrato firmado, tanto en el reverso como en la parte superior izquierda de la composición. Por eso fue el punto de partida para devolver el lienzo de Múnich a los pinceles de Van der Hamen y aclarar la identidad del efigiado.
En el artículo publicado en ARS Magazine, Navarrete ya destacaba la procedencia alemana del lienzo. Perteneció a la colección del Príncipe Joseph-Clement de Baviera (1902-1990) y, de ahí, pasó a manos de sus actuales propietarios: una noble familia alemana. La casa de subastas neoyorquina da ahora un paso más, al sugerir que es probable que el príncipe –historiador y coleccionista– heredase el cuadro de su abuela española, la infanta Amalia de Borbón.
Como suele ocurrir con muchos descubrimientos, a la alegría del hallazgo por parte del investigador, le siguió una consecuente satisfacción –esta vez económica– de los dueños del retrato.
Quizá por eso, han decidido ofrecerlo en Sotheby’s Nueva York durante su Master Week, buscando posibles compradores en la semana en la que habitualmente se alcanzan los mejores resultados de Old Masters (recordemos que en enero de 2021 Joven sujetando un medallón de Botticelli batió todos los récords y que este año por esas mismas fechas el florentino volvió a protagonizar el lote estrella).
La primera sesión del Master Paitings se celebrará el 26 de enero de 2023 y sacará a la venta un total de 57 lotes. El cabeza de lista será un retrato temprano de Bronzino recientemente restituido a los herederos de la coleccionista alemana de origen judío Ilse Hasselberger estimado en cinco millones de dólares. También destacan un par de obras de Van Dyck y Pieter Brueghel el Joven con una estimación de tres millones cada una.
Sin embargo, en nuestras fronteras el lote que más miradas acaparará será, sin duda, el 129. Por varias razones. Primero, por tratarse del retrato de uno de los mejores dramaturgos del Siglo de Oro español. Segundo, por estar pintado por un afamado artista también español. Y tercero, por haber sido descubierto por un historiador de nuestro país.
¡Qué bonito sería que el futuro dueño siguiese esa misma dinámica! Y qué ilusión soñar con la posibilidad de que la obra termine en España para volver a reencontrarnos con ella. Sol G. Moreno