Recomponiendo la historia de la fotografía
La exposición Detente, instante, situada en la sede madrileña de la Fundación Juan March, trata de mostrar una de las historias posibles de esta disciplina. Con más voluntad narrativa que enciclopédica, escoge 300 instantáneas cuya cronología va desde 1840 hasta nuestros días que reflejen su evolución a través del tiempo.
En Fausto, hay un diálogo en el que el protagonista habla con Mefistófeles, expresando su deseo de que se detenga el tiempo en un momento concreto en el que siente una felicidad plena y absoluta. Del mismo modo, como si tuvieran control sobre el tiempo, los fotógrafos escogen los fragmentos de la realidad que quieren encapsular e inmortalizar.
Mediante esas imágenes, se compone además una narrativa, que muestra tanto la historia del mundo como de la fotografía misma, enseñando cómo esta disciplina se adapta a los tiempos y a lo que sucede a su alrededor. Un ejemplo de ello son los dos daguerrotipos que podemos contemplar en esta muestra, en los que aparece Robert Schumann, uno de los primeros compositores de la historia en ser inmortalizado (con su mujer y en solitario).
Desde sus inicios, la fotografía ha buscado encontrar ese «instante decisivo» al que Henri Cartier-Bresson hacía referencia, pero también ha ido mucho más allá. Ha jugado, experimentado, adoptado materiales diferentes y buscado resultados inesperados, tal y como puede comprobarse en Detente, instante. Una historia de la fotografía.
En ella, un friso organizado de forma cronológica permite al espectador pasear por uno de los posibles relatos de esta disciplina, viajando de las cianotipias a las instantáneas con los característicos colores de los carretes Kodak, pasando por tonos sepia y distintas gamas de la escala de grises.
María Zozaya Álvarez, jefa del proyecto, asegura que la exposición busca que el visitante se detenga ante las imágenes y se pregunte por su contexto, que imagine lo que ocurría antes y después, lo que no se puede ver en la instantánea pero que, sin duda, forma parte también de la historia.
El recorrido se compone de copias de época que pertenecen a dos grandes colecciones privadas: la alemana de Dietmar Seger y la española de Enrique Ordóñez e Isabel Falcón, ambas reunidas durante cuatro décadas. Entre las 300 escogidas, podemos encontrar instantáneas icónicas como los cuerpos masculinos que retrató Mapplethorpe, o esas lágrimas capturadas por Man Ray cuando acaban de brotar de unos ojos femeninos con pestañas inmensas y expresión doliente. También otras mucho más desconocidas, sobre todo para el público general, pues la exposición está pensada para resultar amplia y atractiva a todos los públicos, no únicamente a los más interesados en la materia. Detente, instante puede contemplarse hasta el 15 de enero. Sofía Guardiola