El Greco en Budapest
El Museo de Bellas Artes de esta ciudad presentó el viernes pasado una gran muestra sobre Doménikos Theotokópulos (1541-1614), una antológica que repasa la carrera del pintor, atendiendo de manera especial a su producción española, aunque con una importante primera sección dedicada a su aprendizaje en Italia. Podrá verse hasta el 19 de febrero de 2023.
Hay pocos grandes maestros que levanten pasiones. Uno de ellos es El Greco. La exposición que acaba de inaugurarse en el Museo de Bellas Artes de Budapest lo demuestra: grandes colas desde el primer día para contemplar una muestra única en la a que los cuadros del Prado –cinco– y de la institución húngara se unen préstamos de todo el mundo.
El pasado viernes se presentó una gran muestra sobre Doménikos Theotokópulos (1541-1614), centrada especialmente en sus viajes antes de llegar a Toledo. “El Greco fue uno de los artistas más fascinantes y originales de la historia del arte europeo. Fue partícipe de la pintura bizantina, de la veneciana, la romana y la española a lo largo de más de 50 años”, recordó Leticia Ruiz Gómez, comisaria de la muestra, durante la rueda de prensa.
El museo magiar, que ofrece esta propuesta hasta el 19 de febrero de 2023, cuenta con cinco obras autógrafas del maestro, entre las que se encuentra La Magdalena penitente. Precisamente, ha aprovechado el montaje de la exposición para presentar una nueva incorporación a sus colecciones: el Retrato de san Luis Gonzaga, obra de 1583 que perteneció en la primera década del siglo XX al coleccionista húngaro Marzel Nèmes.
Ahora, se ha reunido para la ocasión un total de 50 piezas procedentes de todo el mundo. De la catedral de Palencia, por ejemplo, procede el San Sebastián; del arzobispado de Toledo la Inmaculada con San Juan; y El bautismo de Cristo viene directo del Museo del Prado.
La Resurrección de Santo Domingo el Antiguo se ha prestado igualmente, en este caso procedente de Toledo. Otras instituciones que han participado en el proyecto son el Museo del Greco de Toledo, el Louvre, la National Gallery de Londres o la National Gallery of Arts de Washington.
La organización de esta muestra por parte del Museo de Budapest comenzó hace ocho años en colaboración con Ruiz Gómez, directora de la Galería de las Colecciones Reales españolas. Su recorrido se inicia con Santiago Peregrino que simboliza, según la comisaria, “la simbiosis del arte de El Greco. Su condición de viajero por una parte significativa de Europa y su vinculación fundamental con España”.
Agrupadas en siete secciones, el resto de las pinturas expuestas se ordenan en un recorrido cronológico y temático que va desde la etapa veneciana y romana hasta los retablos religiosos toledanos. La muestra se completa con obras de dos seguidores del pintor: su hijo Jorge Manuel Theotokópulos (1578-1631); y Luis Tristán de Escamilla (1585-1624) su mejor discípulo.