Los museos ingleses podrán restituir por razones morales las obras expoliadas
Una nueva ley otorgará el poder a las juntas de las instituciones sin ánimo de lucro para solicitar la salida de sus colecciones de piezas para su restitución si existe una «obligación moral». La normativa, llamada Charity Act 2022, fue aprobada en el Parlamento británico en febrero de este año y, previsiblemente, entrará en vigor este otoño. Museos como el British y el Victoria & Albert han declarado encontrarse «a la expectativa».
A partir de este otoño, nada impedirá a las juntas de los museos ingleses y galeses solicitar la salida de sus colecciones de obras procedentes de expolio o con propiedad discutida. Esto será posible gracias a una nueva ley, llamada Charity Act 2022, aprobada por el Parlamento británico en febrero de este mismo año.
Hasta ahora, las reclamaciones más mediáticas –como la de Grecia con los Mármoles del Partenón, alojados en el British Museum– habían sido rechazadas con más contundencia con el argumento de que los propios estatutos de los museos impedían la salida de obras de sus colecciones, casi sin importar el motivo.
Por continuar con el ejemplo del British, su normativa de 1963 prohibía cualquier devolución a menos que las piezas «no fuesen aptas para ser conservadas en la colección» y «pudiesen deshacerse de ellas sin perjuicio a los intereses del público o los investigadores». Si bien, a esta imposibilidad legal le han acompañado un buen número de descalificativos hacia la seguridad o estabilidad de los países reclamantes.
Una vez que el Charity Act 2022 entre en vigor este otoño, las juntas de cualquier sociedad benéfica –categoría dentro de la que se encuentran los museos nacionales ingleses y galeses– podrán solicitar la salida de sus colecciones de obras mediante un procedimiento denominado pago ex gratia.
El trámite conllevará una petición que resolverá la Charity Commission for England and Wales, el organismo que regula las sociedades benéficas en esa jurisdicción o bien la Procuraduría General o los tribunales, pero solo cuando la obra en cuestión supere un valor determinado. En el caso de las piezas menos cotizadas la propia junta actuará de forma autónoma. El límite en el valor lo impondrán los ingresos anuales del museo, cuanto mayor sea la recaudación más elevado será.
La otra importante novedad es que estas solicitudes se podrán hacer únicamente basadas en consideraciones morales. Esto no solo aumenta la presión en los casos en el que los fundamentos legales puedan ser más endebles sino que, además, permite prolongar considerablemente los tiempos en los que se puede poner en marcha estas solicitudes. Aún cuando legalemente el plazo ha expirado, la obligación moral detrás de la petición persiste.
Si bien los expertos en la materia, como Alexander Herman, fundador del Instituto Art & Law, han aclarado que en ningún caso un solicitante ajeno a las juntas de los museos podrá forzar a estos a solicitar la salida de una pieza de sus colecciones.
Además, se considera que aunque el Charity Act 2022 flexibiliza considerablemente lo que tienen permitido los museos, en la práctica probablemente se traducirá en pocas acciones.
No obstante, la opinión pública está cambiando a este respecto. Incluso el Arts Council –con la participación de Art & Law– publicó un código ético este agosto, adoptado por el ICOM –Consejo Internacional de Museos– y la Asociación de Museos británica, para guiar a las instituciones en materia de restituciones.
Hay cuatro directrices que recomiendan tener en cuenta al evaluar la salida de una pieza de una colección: la importancia de la obra para el solicitante, cómo fue extraído el objeto de su lugar de origen, cómo el museo que lo custodia lo ha tratado y la relevancia de quien ha hecho la reclamación.
Mientras que las instituciones más reacias a las devoluciones tienen menos excusas legales para sus negativas, aumentan los casos en los que hay una intención de resarcir a las naciones expoliadas.
El Reino Unido se encuentra en un momento clave tras las devoluciones a Nigeria de 72 bronces de Benin por parte del Museo Horniman de Londres, de otras piezas del mismo conjunto por el Jesus Collegue de Camridge y de las maniobras que ha llevado a cabo el Victoria & Albert con el Museo Arqueológico de Estambul.
Estos últimos habían llegado a un acuerdo de cesión de la cabeza de un Eros del siglo III d.C. que forma parte de un sarcófago alojado en la institución turca. La pieza había sido mutilada en el siglo XIX por un oficial inglés. La imposibilidad de una devolución en firme –a causa de los estatutos del V&A– llevó a ese término medio. Ahora, gracias al Charity Act 2022, lo más probable es que se formalice la restitución. Héctor San José.