Una decena de creadores reflexiona sobre los efectos del confinamiento
El Museo Universidad de Navarra ha inaugurado la temporada con Entorno Encuentro Exploración. La muestra colectiva, que podrá visitarse hasta el 3 de octubre, es resultado del Trabajo de Fin de Máster escogido de la II promoción del Máster en Estudios de Comisariado que se imparte en el centro y reúne las obras de 10 artistas nacionales e internacionales: Daniela Acosta, Iñaki Chávarri, Olalla Gómez, Raúl Hevia, Antón Hurtado, Fernando Maselli, Ricardo Moreno, Kate McLean, Jessica Thompson y Ainize Txopitea.
“La muestra busca reflexionar sobre la sensación de inestabilidad y fragilidad que nos ha dejado la pandemia y el confinamiento. Surge de una necesidad por incentivar la participación del público y hacer que se sienta indispensable. Por eso, hay muchas obras que precisan de la interacción del público para ser activadas”, explica Manuel Gamaza, comisario de la exposición junto a Renata Álvarez y María Angélica Moreno (graduados del máster y miembros del Colectivo Sobremesa).
Los tres estuvieron presentes en la presentación de esta semana en el Museo Universidad de Navarra, a la que también asistieron los artistas Antón Hurtado, Ainize Txopitea y Olalla Gómez, además de la directora del posgrado promotor de la muestra, Nieves Acedo.
Entorno Encuentro Exploración recibe a sus visitantes con una cita de la poeta afroamericana Nikki Giovanni: “Sé que tocarse fue, sigue siendo y siempre será la verdadera revolución”. Una alusión a los abrazos, gestos y vínculos afectivos que hemos ido perdiendo durante la pandemia y que siempre han estado en la base de las relaciones entre las personas.
A lo largo del recorrido, los creadores realizan un acercamiento sensible a diferentes paisajes, analizando escenarios y encuentros cotidianos, cuya importancia ha cambiado a causa de la emergencia sanitaria provocada por la COVID-19 y que, a pesar de la adversidad, seguimos buscando. Así lo ha expresado Daniela Acosta en su obra El precio de la libertad, que recoge la despedida de su abuela y su hermana en un aeropuerto, una escena cargada de incertidumbre.
El conjunto de piezas expuestas invita a participar en este recorrido por el espacio sensible, donde descubrimos el entorno, nos encontramos y conectamos con otras personas, la naturaleza y las ciudades. Al tiempo que exploramos y podemos fijarnos en pequeños detalles que antes pasaban desapercibidos.
Todos los trabajos poseen un nexo común: la búsqueda por repensar, reconquistar y redefinir el ambiente circundante; el deseo de abrir nuestro entorno a nuevas formas de experimentar el día a día. En este sentido, resultan especialmente pertinentes algunos de los mapas mostrados, como Bourderline de Jessica Thompson -una cartografía de los sonidos de la ciudad de Pamplona que alude a los límites invisibles de la ciudad- o la experiencia inmersiva de Mercado Bazurto de Ricardo Moreno, que reproduce el ambiente sensorial del mercado más importante de Cartagena de Indias.
Uno de los principales objetivos del montaje, como hemos señalado antes, ha sido establecer un vínculo directo entre el público y el espacio expositivo. De modo que los asistentes pueden participar activamente en el funcionamiento de algunas obras, además de profundizar en ellas a través de los códigos QR que las acompañan.
Baste citar dos ejemplos para ilustrar ese espíritu interactivo. Smellmap es un mapa olfativo creado por Kate McLeanen que precisa de la intervención del visitante; y LIBERTAD de Olalla Gómez, requiere de la presencia de tres personas frente a la pieza para su completa activación.
Por último, se proponen al público actividades complementarias como visitas guiadas presenciales y online, además de talleres con los artistas Raúl Hevia (abierto a toda la ciudadanía) y Jessica Thompson (dirigido a estudiantes del Campus de la Universidad de Navarra). También una propuesta especial para la asociación Eunate. Alfonso Echevarne