8 escudos rescatados de la Costa del Tesoro, récord por 630.000 euros
La casa de subastas especializada en numismática Jesús Vico bate el récord para esta clase de moneda con un Galano mexicano de 1715.
El sector de la numismática está de enhorabuena gracias al resultado más reciente de la venta de la colección Segarra en la casa de subastas Jesús Vico, en colaboración con Daniel Frank Sedwick Auctioneers.
En la velada del 28 de junio se ofrecieron 73 lotes valorados de 3.200 a 250.000 euros. Todos ellos eran monedas de 8 escudos, datados de 1652 a 1738 y de las cecas de Madrid, Sevilla, Segovia o México.
Precisamente de esta última procede la pieza más importante de la licitación y la que ha marcado el récord para su categoría. Se trata de un Galano de 8 escudos –también llamado Royal en inglés– del año 1715, que contaba con la estimación más elevada y se adjudicó por 630.000 euros.
Tal y como explica la casa de subastas, se trata de una de las monedas de oro más codiciadas, ya que solo se conocen 50 de ellas en el periodo en el que se acuñaron en México (de tan solo 52 años, entre 1680 y 1732).
Su altísima calidad las diferencia de otras acuñaciones ya que los Galanos tienen un perfil circular perfecto, un grosor del todo uniforme y las dos caras alineadas.
Aunque no se conoce con exactitud el propósito de estas monedas de 8 escudos, se cree que probablemente estaban destinadas a ocasiones especiales y al propio rey (de ahí su nombre en inglés).
La mayoría de los Galanos que se conservan proceden del mismo naufragio en 1715 frente a Florida, en la conocida como Costa del Tesoro por la cantidad de barcos perdidos en sus poco profundos arrecifes.
Los 8 escudos de récord se encontraban en la bodega de uno de los 11 barcos que conformaban las dos flotas regulares que partieron del Nuevo Mundo hacia Europa con una muy necesitada carga de oro.
La Guerra Secesión había alterado las rutas comerciales desde las colonias, lo que había provocado una acumulación sin precedentes en los puertos de origen.
Para cuando se pudo reestablecer la conexión, las dos flotas, que cargaban con oro, plata y piedras preciosas procedentes tanto de América como de la ruta del Galeón de Manila que conectaba con Asia, se toparon con un huracán. Solo una embarcación escapó de la tormenta.
Los marinos supervivientes que llegaron hasta la cercana costa de Florida trataron de recuperar el preciado cargamento, pero el salvamento no les alcanzó hasta mucho después de que los piratas se hubiesen hecho con el tesoro.
Estos desafortunados hechos –para la Corona española– cayeron en el olvido junto con la localización de los pecios, de la que solo quedó constancia en un mapa de 1774.
No fue hasta 1959 cuando un constructor local lo redescubrió y comenzó la recuperación del cargamento sumergido, labor que continúa hasta hoy.
Pero no ha sido necesario ponerse en traje de buzo para recobrar todas estas monedas. La tormenta de 1715 fue solo una de las que habitualmente azotan la zona, y con el paso de los años han seguido removiendo el lecho marino, arrastrando las monedas hasta la playa.
Fue así como en 1989 una pareja de vacaciones descubrió el Galano de récord por casualidad. Estos lo vendieron a Frank Sedwick, un numismático de florida a quien más adelante se la compró Jesús Vico. De ahí paso a la colección de Fernando Segarra, cuya subasta han celebrado conjuntamente ambos expertos.
El excelente resultado está motivado, según explican los vendedores, en la «calidad del detalle y la nitidez del golpe […] combinados con un lustre extremo y una preservación completamente prístina [que] la convierten en la onza más fina que jamás haya existido. Es un tesoro numismático único para la posteridad».