Extraordinaria sesión de artes decorativas en Balclis, donde el mobiliario, la porcelana y el arte oriental destacaron sobre el resto
Si algo caracteriza a esta subasta de marzo de Balclis son las notables subidas que obtuvieron muchos de sus lotes, a cifras propias de otros tiempos y que pueden empezar a indicar, si lo analizamos con los buenos resultados producidos en otras salas, que el mercado del arte empieza a mejorar. Y es que la licitación de esta casa fue realmente buena, como demuestran los 70.000 euros que se pagaron por una pareja de jarrones chinos (521) en porcelana de Cantón, del primer tercio del s. XX, casi diez veces su estimación inicial de 7.500 euros. Excelente remate sin lugar a dudas. La cerámica china fue una de las grandes beneficiadas con lotes como el 420, jarrón de porcelana de la “Familia rosa” del s. XIX por el que pagaron 7.500 euros desde los 2.800 en los que comenzó. O el 460, otra pareja de jarrones de finales del s. XIX, empezaron en 4.500 euros y acabaron en 6.500.
En cuanto al resto de piezas orientales, destacó el 472, los “Ocho inmortales Taoístas”, juego de figuras en marfil tallado, grabado y entintado de la Escuela china de hacia 1930-1940, bajándose el martillo en 9.500 euros desde los 8.000 en los que se tasó. Por el 546 también hubo bastante interés, un abanico de baraja en filigrana de metal dorado y esmaltado del primer tercio del s. XX, tanto como para pagar por él 3.000 euros, y pedían tan solo 750 euros. No suelen aparecer en subasta demasiados muebles japoneses y menos de la calidad de este 439, japonés Meiji en madera tallada, calada y lacada de finales del s. XIX, empezó en 1.800 y terminó en 5.000 euros. Lo que resultó raro es que las dos esculturas en coral rojo tallado, 452 y 457, no subieran más de lo que lo hicieron, sobre todo si tenemos en cuenta los precios alcanzados por otras similares en algunas subastas de nuestro país, estas partían de 1.800 euros cada una y se dieron por 5.500 y 3.750 euros respectivamente.
El otro de los grandes triunfadores fue el mobiliario, y no me refiero a muebles de alta época o del s. XVIII, sino a los realizados a finales del s. XIX o principios del XX. Sobre todo de estilo, siguiendo modelos de siglos anteriores, como la gran mesa de centro (773) “aux espagnolettes” fruto del interés por recuperar estéticas del pasado, en este caso del siglo XVIII, convirtiéndose en la segunda pieza más cara de la tarde, salía en unos escasos 4.500 euros y terminó en unos alejadísimos 54.000 euros. Otra de las piezas que seguía el gusto dieciochesco en este caso veneciano en madera tallada, dorada y policromada de hacía 1940, era el 784, un juego de consola y pareja de sillones, por ellos pedían 1.200 euros y acabaron en 3.000. Buena cifra alcanzó también el 807, un lujoso armario-cabinet milanés de estilo renacentista realizado en ébano y marquetería de marfil grabado y entintado, fechado hacia 1875, dándose en los 15.000 euros de su salida.
Y es que la sesión fue realmente bien, y eso que muchos de los lotes se adjudicaron por la salida, pero los que subían lo hacían y mucho. Como la porcelana, con remates tan llamativos como los 26.000 euros que se dieron por un enorme jarrón francés “bleu du roi” tipo Sèvres (772) con monturas de bronce dorado y fechado a finales del s. XIX. Comenzó en 10.000 euros. Siguiendo a la fábrica francesa, también estaba el 752, en este caso con peana de ónix. Lo tasaron inicialmente en 5.500 y terminó en 7.500. Otra de los lotes que costó hacerse con él fue el 839, una estupenda pareja de jarrones en porcelana de Meissen de finales del s. XIX, hasta el punto que tuvieron que alcanzar los 17.000 euros para poder llevárselos habiendo salido en 3.500.
Y aquí no acabó todo, hubo más remates destacados en otras secciones, como los 35.000 euros de la salida que pagaron por el 844 un juego de copón, cáliz, patena y cucharilla vallisoletanos de estilo neogótico en oro, vistas en platino y diamantes de 1918. En relojes sobresalió la venta del 746, un modelo de sobremesa francés de época Napoleón III siguiendo el estilo Luis XV en bronce dorado del último tercio del s. XIX, bajándose el martillo en 15.000 desde los 3.500 euros de su inicio. A esa misma cifra llegó el 827, una pareja de peanas-trípode francesas en mármol “rouge griotte” de finales del s. XIX. 6.000 euros dieron por un conjunto de cinco placas en esmalta de Limoges de la Escuela francesa del s. XIX, montadas sobre tabla, desde una estimación de tan sólo 1.800 euros.
Si sumamos todo esto nos da 304.250 euros en tan sólo 18 piezas, excelente cifra para las artes decorativas, y sin sumar el resto de la licitación… Mariano Santos @AntgOln