50.000 euros en Abalarte por la Lucha de aves atribuida a Snyders

50.000 euros en Abalarte por la Lucha de aves atribuida a Snyders

Destacó la venta de los retratos reales del taller de Bartolomé González, y en postventa la del Cavallino

La verdad es que contra todo pronóstico el inmenso Paisaje con lucha de aves (O/L, 207 x 335 cm; 1097) atribuido a Frans Snyders (Amberes, 1579-1657) fue finalmente el cuadro más caro vendido en la decimotercera licitación de Abalarte. Con etiqueta al dorso del Vizconde de Rocamora y Marqués de Molins, este lienzo inédito debió servir muy probablemente de modelo a Jan van Kessel I, pues se conocen de su mano tres pequeños cobres con estas mismas aves (ver Ertz y Nitze-Ertz, Die Maler Jan van Kessel, Luca Verlag, 2012, págs. 213-215). Así las cosas, aunque el precio inicial estaba marcado en 40.000 euros, la salida por 50.000 euros de una puja previa en mesa se hizo con el lienzo, que con una ligera limpieza superficial ganará notablemente.

Dentro de esta pintura de los Países Bajos, destacó también la venta del Paisaje invernal con patinadores (O/L, 55,5 x 80,5 cm; 1129) de Gijsbrecht Leytens por los 30.000 euros que se pedían. Como comentamos en los previos (leer), se trataba de una obra con abundantes personajes y especialmente cuidada dentro de la aún escasa producción conocida del pintor de Amberes. Quizá por eso mismo esperábamos alguna puja telefónica más que subiese su valor, como sí ocurrió con el pequeño gouache con témpera y toques dorados sobre pergamino firmado por Frans Boels, cuyo Paisaje rocoso con escena de Tobías y el ángel (14 x 20,2 cm; 77), procedente de la prestigiosa colección de Valentín Carderera y fechado probablemente en 1588, pasó de 3.000 a 6.500 euros. Buena compra sin duda, como el lienzo con la Huida a Egipto (167 x 109,5 cm; 1038) del madrileño de probable origen flamenco Antonio van de Pere, firmado y fechado en 1675, por el que un coleccionista en sala ofreció los escasos 9.000 euros de su salida.

Otra de las importantes ventas de la cita fue la del gran lienzo de Bernardo Cavallino, Virgen del Rosario con santo Domingo de Guzmán y santa Catalina de Siena (191 x 137 cm; 182). No vendido en la subasta del día 11, el mismo 12 antes de comenzar la segunda sesión, un coleccionista lo compró en postventa por el mismo precio de salida, 60.000 euros. Lo mismo sucedió con el boceto de Claudio Coello para su Éxtasis de María Magdalena (O/L, 162 x 105 cm; 187) -del que habla Sullivan en su conocido Claudio Coello y la pintura barroca madrileña (Nerea, 1989)-, por los 19.000 euros iniciales.

Pero volvamos a la subasta en vivo, donde sorprendió notablemente que no hubiese interés alguno en los atractivos bocetos de Francesco Solimena, Trinidad con san Felipe Neri y Escena de gloria con santos (69,5 x 99 cm; 1180), bocetos de hacia 1695 y 1700, preparatorios para dos frescos en Nápoles, y eso que se ofrecían por 30.000 euros, un precio más que razonable sobre el papel. Subieron, eso sí, como era de esperar, la pareja de pequeños lienzos venecianos del siglo XVII – que tenían  mucha más calidad al natural que en las fotografías-, Vida de san Ambrosio (29 x 22 cm c/u), procedentes también de la colección Valentín Cardedera, de 1.200 a 6.000 euros.

Y llegamos, por fin, a la pintura española. Hay que mencionar la decepción de la sala cuando los retratos de Felipe V y de Isabel de Farnesio (O/L, 81 x 63 cm; 94), realizados por Miguel Jacinto Meléndez entre 1723 y 1727, por los que se había interesado Patrimonio Nacional y que se ofrecían por 80.000 euros, quedaron sin comprador; quizá en unos días intenten su compra… En cambio, un teléfono ofreció los 20.00 euros de la salida por cada uno de los retratos del taller de Bartolomé González, de Felipe III (O/L, 205 x 105 cm; 1160) y de su hija la infanta Ana María Mauricia de Austria, esposa de Luis XIII y reina de Francia (O/L, 203 x 104 cm; 1161), realizados probablemente hacia 1616/21. En esta línea monárquica, el retrato de Luis I de España (O/L, 103 x 77 cm; 92), pintado en 1717 a la edad de diez años en el taller de Michel-Ange Houasse, subió de 5.000 a 6.000 euros, mientras que el de Mariana de Neoburgo (segunda esposa de Carlos II) como Diana cazadora (O/L, 121 x 92 cm; 148), pintado por Robert Gabriel Gence, no encontró comprador en la subasta que diese los 7.000 euros necesarios, pero sí hoy mismo en la postventa, por la salida.

Ya más tardío, pero en esta misma temática retratística, sobresalió la venta del buen Retrato de caballero en un paisaje, 1909 (O/L, 55 x 45 cm; 1137) firmado por Julio Romero de Torres, en plenitud de facultades, que se adjudicó por la salida, 21.000 euros, a una puja previa en la mesa. Y, en obra contemporánea, debemos mencionar las dos obras del sevillano Alfonso Fraile: de 10.000 a 12.000 euros subió Retrato familiar, 1977 (Tm/L, 150 x 135 cm; 71), procedente de la colección Central Hispano, y de 7.000 a 8.500 euros el segundo, su rotunda Cruzada, 1986 (Tm/L, 200 x 155 cm; 1065), con etiqueta de la galería Soledad Lorenzo.

Por último, la acuarela del filipino José Honorato Lozano, Mestizos en carruajes de alquiler (20,5 x 24 cm; 1030); a pesar de su buena procedencia, despertó algunas suspicacias lo que quizá hizo que se adjudicase por apenas 7.500 euros; una pena, sin duda. En cualquier caso, pese al sentimiento agridulce que queda a primera vista, los casi quinientos mil euros facturados en pintura hablan bien a las claras de eso, de buenas ventas. Daniel Díaz @Invertirenarte