Escultura y plata fueron lo mejor de una subasta, donde los lotes más importantes se quedaron sin vender
Una vez más, con la venta del Niño Jesús dormido como Buen Pastor (485) del s. XVII, en marfil tallado y policromado, se confirma la tendencia al alza de las obras de esta Escuela Indo-Portuguesa. Con una longitud de tan sólo 15,5 cm, se pensó por él un precio de salida de 2.500 euros y acabó subiendo hasta los 4.250 euros, momento en el que se bajó el martillo. De la Escuela Hispano-Filipina del s. XVII era el 1289, un «Niño Jesús» en marfil tallado, de tan sólo 13,5 cm de altura y por el que dieron 800 euros desde los 700 en que partió. Y es que la escultura fue uno de los apartados más destacados en las artes decorativas, con adjudicaciones tan relevantes como el 476, una “Virgen con Niño” de la Escuela Mejicana del s. XVI, una pieza, que sin ser de una gran calidad, tenía la peculiaridad de estar realizada en pasta de “tatzingueni” (pasta de caña de maíz). Técnica de origen prehispánica, este tipo de imágenes se realizaron durante toda la época virreinal, en los siglos XVI, XVII y XVIII. Dividiéndose en dos estilos artísticos, el renacentistas de 1530 a 1610, y las consideradas del barroco tardío hasta el s. XVIII. La producción durante los s. XVI y XVII fue tan importante que se llegaron a exportar un gran número de estas a España. Con la extinción de la escuela de Pátzcuaro, esta técnica imaginera en caña, desapareció a finales del s. XVIII. Esta que sacaban a la venta se remató en los 5.000 euros de la salida a un comprador en la sala.
Buena venta también la de la “Virgen Inmaculada” (482), de la Escuela Andaluza c. 1800, por 3.200 euros desde los 2.500 en que comenzó, se trataba de una escultura en madera tallada y policromada con ropajes de telas encoladas y policromadas. Como era de esperar, también se adjudicaron las “cabezas” (1414 y 1415), posiblemente romanas en mármol tallado y que suelen tener buena aceptación entre los coleccionistas. El mismo comprador en la sala se llevo las dos obras, ambas comenzaban en 1.800 euros, ascendiendo la primera hasta los 2.250 y quedándose en salida la segunda.
La otra sección que tuvo buenos resultados fue la plata, sobresaliendo por encima de las demás, el juego de 12 bajoplatos en plata española de López (1383), ingletados y moldurados al estilo clásico y con un considerable peso de 7,460 Kg. Llegándose a pagar por ellos, tras una interesante disputa entre tres coleccionistas en la sala, 7.500 euros, lejos de los 2.500 en que partían. La cifra más alta de todas las artes decorativas. También de López era la sopera con plato presentador (472), con fondo martelé y decoración moldurada, y con un peso de 3,930 kg, dándose en 1.600 euros desde los 1.300 de inicio. Otra de las piezas destacadas fue el 1254, un juego de café en plata alemana Ley 800 de finales del s. XIX con mangos y pomos de marfil, partía de 1.000 euros y acabó en 1.500 a un pujador en la sala. En 2.000 euros lo hizo el 1241, una cubertería de plata española Cruz de Malta para 12 servicios desde los 1.500 del comienzo. Cifra de remate algo más baja de lo que suele ser habitual en este tipo de piezas.
En cuanto al arte oriental, lo más llamativo fue la adjudicación de las dos grandes figuras en marfil tallado y grabado (400 y 401), realizadas en Japón durante el periodo Meiji, s. XIX, con una altura de 69 y 65 cm respectivamente, terminaron en 5.500 y 4.750 euros alejadas de su tasación inicial de 3.000 y 2.500 euros.
El bajo precio en que se estimó el precio de salida del tapiz flamenco en lana del s. XVII-XVIII, en el que se representaba el “Traslado del Arca de la Alianza”, de apenas 900 euros, hizo que los compradores se animaran en las pujas, y aún teniendo algunos desperfectos, y faltándole la orla, se ascendiera hasta los 4.750 euros. Buena cifra la que llegó también el marco relicario barroco (1293), español o colonial de finales del s. XVII, de 3.500 euros, teniendo en cuenta que se había tasado inicialmente en 2.000 euros. Mariano Santos @AntgOln