PAISAJES DESHABITADOS EN LA FOTOGRAFÍA DE BALLESTER

PAISAJES DESHABITADOS EN LA FOTOGRAFÍA DE BALLESTER

Paisajes deshabitado en la fotografía de Ballester


Hoy se inaugura en CEART de Fuenlabrada el último proyecto de José Manuel Ballester (Premio Nacional de Fotografía en 2010). Una propuesta comisariada por José María Díaz Maroto, que conjuga fotografía, música y pintura, y nos adentra en una muy especial visión del paso del tiempo. Se titula Paisaje deshabitado y cuenta con un total de 60 fotografías.

El comisario explica la profundidad de esta muestra con el siguiente texto: “La vida transcurre entre un cúmulo de sentimientos, pasiones y deseos que son universales a todos los hombres. A través de esa arquitectura de sentimientos se trazan caminos, muchas veces construidos por precursores que determinarán el comportamiento de diferentes grupos sociales. Pero tanto los que son capaces de crear caminos propios, como los que deciden utilizar o seguir los previamente trazados, todos coinciden en la misma búsqueda: razones que expliquen o den sentido a la vida y que terminan por marcar nuestro destino. Ese destino me gusta imaginarlo como un jardín. Como un lugar donde podamos encontrar las respuestas a las preguntas que nos acompañan por el camino.

El paisaje se presenta o perfila como una utopía mientras se camina en su búsqueda. Tal vez unos pocos logren llegar a él o mejor dicho logren reconocerlo cuando hayan llegado.

Lugar para una anunciación 2. 2012.Impresión digital sobre tela. 98,3 x 217, 2 cm.
Natura 3. José Manuel Ballester

Pocas noticias nos llegan de quién logra alcanzarlo y cuando nos llegan nos producen desconfianza y recelo porque cuesta entender que otros puedan ver lo que nosotros no hemos logrado. Tampoco nos podemos apropiar del camino del otro y de nada nos sirve que otros hayan llegado. Luego lo imagino como un jardín deshabitado, oculto y camuflado. Es muy difícil saber si estamos tan solo a unos metros de sus puertas o tan lejos que nunca lograremos alcanzarlo. Todos disponemos de un único viaje irrepetible, diferente a los del resto. Tanto si nos comportamos como pioneros o como seguidores, incluso si decidimos ir acompañados, nunca lograremos compartir lo que es solo nuestro. Estamos abocados a la soledad que se revelará más claramente en el momento de nuestra muerte. Mientras tanto, hay que tomar decisiones y en cada jornada del viaje, cientos de caminos se abren y se cierran constantemente en esa búsqueda interminable. Unas veces desearemos ir solos por senderos que pensamos se han hecho solo para nosotros, otras sentiremos la necesidad de ir acompañados, y resultará muy penoso el camino en solitario. Y si descubrimos que es a cada paso de ese viaje donde se encuentra el jardín deseado, entonces el sentido de la marcha será muy distinto y tal vez sintamos que hemos llegado. Puede que sea un camino a ninguna parte, pero puede merecer la pena en sí mismo al margen de su destino final.”

Los galardones que ha recopilado el fotógrafo a lo largo de su carrera han sido numerosos: el Premio Nacional de Grabado en 1999, en 2006 el Premio Goya de Pintura Villa de Madrid y en 2008 el Premio de Fotografía de la Comunidad de Madrid. Finalmente en Noviembre 2010 el Premio Nacional de Fotografía por el Ministerio de Cultura. Concedido por su trayectoria personal, su singular interpretación del espacio arquitectónico y la luz y una renovación destacada en las técnicas fotográficas.

Sus obras forman parte de los fondos del MNCARS, Museo Marugame de Arte Contemporáneo Español de Japón, IVAM de Valencia, Museo de Arte de Miami y Cisneros Fontanals Art Foundation de Miami , Central Academy of Fine Arts de Pekín, Patio Herreriano de Valladolid, 21 Century Museum de Kentucky, Museo W rth de Logroño, Fundación Telefónica, Banco Espíritu Santo, Museo Guggenheim de Bilbao y Fundación Coca Cola, entre otros.

hasta el próximo 21 de enero.

Lugar para una ascensión. 2013. Impresión directa sobre metacrilato opal (caja de luz). 348 x 174,5 cm.
Última cena. 2010. Impresión digital sobre lienzo. 474 x 858 cm.