Buenas ventas del mallorquín, que se suman a las internacionales de Rafael Barradas y de Juan Luna
Ya comentamos en nuestro artículo de previos (leer) lo interesantes que eran las tablas de tamaño medio de Hermenegildo Anglada Camarasa (1871-1959) que ofrecía Ansorena en su licitación de marzo. Plenas de color y de pinceladas amplias y bien empastadas, y de claro recuerdo postimpresionista, reflejan una alegría de vivir que el pintor desarrolla sin trabas en sus largas y calmadas estancias mallorquinas.
Probable boceto de Finca mallorquina, 1925 (O/L, 79 x 99 cm), que fue vendido en junio de 2012 en Sotheby’s Londres por 229,250 GBP (283.330 euros), Casa mallorquina, c. 1925/30 (33,5 x 49 cm; Miralles y Fontbona, D78, pág. 272; 499), subió de 38.000 a 40.000 euros, comprado por un teléfono. La otra pieza, Parral, c. 1920/5 (33 x 49 cm; Miralles y Fontbona, D43, pág. 269; 500), a pesar de tener el mismo tamaño, presenta una composición llena de luz y tonos verdes, amarillos y morados, típicos de su mano; muy atractivo, no fue extraño que pasase de los 38.000 iniciales hasta adjudicarse por 60.000 euros en sala.
En cambio, no hubo interesados en la graciosa Inundación en Bidasoa, 1901 (O/T, 26 x 34,5 cm; 24) de Darío de Regoyos; los 24.000 euros pedidos se demostraron excesivos. Pero sí se vendió, y subió ligeramente el lienzo de Emilio Sánchez Perrier, Afueras de Venecia, 1885 (O/L, 35,5 x 54 cm; 498), adjudicado a un pujador en sala por 20.000 euros, una puja por encima de la salida.
La otra gran venta de la licitación fue la del uruguayo Rafael Barradas. Muñeca, 1919 (O/L, 55,5 x 54 cm; con Paisaje con carromato por detrás; 160) fue subastada en noviembre pasado en Fernando Durán por 75.000 euros; ahora, los 35.000 euros de la salida no bastaron y un coleccionista cerró la puja en 37.000 euros. En esta línea algo más contemporánea, destacaron dos ventas más: el gouache Hombre y mujer (33 x 33 cm; 67) de Luis Seoane, que subió de 2.400 a 3.400 euros, y la grisalla sobre lienzo Eros y Psique, 1981 (O/L, 89 x146 cm; 640) de Sigfrido Martín Begué, vendido por los 6.000 euros de la salida. El impresionante díptico serigráfico de Cristina Iglesias, Fuga a seis voces, díptico X Nácar, 2007 (248,5 x 221 cm; 232), que en twitter cometamos que había subido de 38.000 a 43.000 euros, finalmente no se vendió pues era precio de reserva, según nos dijo la sala…
Escuela de París. De Ismael González de la Serna, dos ventas por importes ya importantes: Carnaval en Madrid, 1932 (O/táblex, 92 x 73 cm; 642) se adjudicó a una coleccionista en sala por 9.500 euros mientras que su Naturaleza muerta, 1930 (O/L, 65 x 54 cm; 646), más cubista, fue a parar a un teléfono por 12.000 euros, lejos de los 7.200 euros iniciales; no debe sonar extraño pues la calidad de las piezas lo justifica. Y Paisaje, 1960 (O/L, 60 x 73 cm; 639) de Hernando Viñes se adjudicó a un teléfono por 5.900 euros.
Retrocedamos al siglo XIX. De Juan Luna volvió a subir notablemente una pieza de su mano; se trataba esta vez de un álbum con 26 estudios de esculturas clásicas (25 de 29 x 40 cm, y 1 de 90 x 68 cm, doblado; lote 538) al carboncillo con el sello de ‘Juan Luna y Novicio pensionado’, herencia de la nieta del pintor Alejo Vera, profesor del filipino durante su estancia en Roma. Como era previsible, los teléfonos en la sala comenzaron a pujar alternándose los idiomas desde los 1.500 euros iniciales hasta adjudicárselo un teléfono en castellano por 9.000 euros.
En una línea similar, aunque hablamos ya de pintura preciosista, subieron los dos lienzos que se presentaban: de Eduardo León Garrido, El pintor y su modelo (O/L, 50,5 x 61 cm; 20) pasó de 10.000 a 11.000 euros, mientras la tabla más trabajada y con más calidad de Ignacio Léon y Escosura, El recital (40 x 56 cm; 21) pasó de 11.000 a 14.000 euros. Del mismo siglo XIX, aunque probablemente de hacia 1840, la tétrica pero buena Virgen de la Soledad (O/L, 38 x 29 cm; 112) de Vicente López, cuyo dibujo preparatorio se conserva en la Biblioteca Nacional, subió de 6.000 a 7.500 euros.
Por último, la pintura antigua. Un coleccionista ofreció los 30.000 euros que se pedían por la Flagelación (O/L, 59 x 43 cm; 106) que la casa atribuía a Sebastiano del Piombo, siguiendo el parecer de Elisa Bermejo; el hecho de que no haya habido más pujas probablemente signifique que pocos la aceptaron como de su mano… Sorprendió, eso sí, la subida de 12.000 a 14.000 euros de la pareja de óleos del valenciano Miguel Parra con los retratos de Fernando VII y la Princesa de Asturias María Antonia de Nápoles (O/L, 68 x 90 cm c/u; 462) rodeados de flores. Algo similar sucedió con Bodegón con frutas, aves y roemer (O/L, 103 x 13 cm; 465) de Escuela flamenca S. XVII, que pasó de 6.000 a 8.500 euros, ofrecidos por un teléfono. Retrato de dama (O/L, 130 x 102 cm; 459) atribuido a Willem Wissing se adjudicó a otro teléfono, esta vez por los 3.500 euros de la salida. En cambio, dado el dibujo y el estado de conservación, fue lógica la subida de 2.000 a 3.600 euros de la tabla con Sagrada Familia (49 x 38 cm; 456) de Escuela italiana S. XVI/XVII. Daniel Díaz @Invertirenarte