Tarde muy animada con continuas ventas, gracias a la interesante colección taurina que Durán subastas sacaba a la venta. Dentro de esta, fueron los carteles los que más aceptación levantaron entre los compradores. Siendo el 325, el que alcanzó una cifra más elevada, 1.700 euros, por un conjunto de carteles banderilla de diversas épocas, 34 veces su estimación inicial de apenas 50 euros. Algo parecido le ocurrió al 334, un lote de siete carteles anunciadores de eventos taurinos, alcanzando los 650 euros, desde los 50 del comienzo. Y es que las subidas eran constantes en la totalidad de las piezas ofrecidas en este apartado, convirtiéndose sin lugar a dudas en el gran beneficiado de la jornada. Otro de los que más llamó la atención fue el 332, un interesante conjunto de cuatro carteles anunciadores de corridas de toros de época Isabel II, por el que llegaron a pagar 550 euros de los escasos 60 en que empezó.
Otra de las secciones de esta colección, por las que se mostró mucho interés, fue la escultura relativa a la tauromaquia. De esta sobresalieron dos obras de Francisco Bonilla Villalba (Fernán-Núñez, Córdoba, 1920 – Madrid, 1978), el 377 y el 378. El primero, “Ha doblado” representando la muerte de un toro después de la estocada, salía en 250 y terminó en 500 euros. Y el segundo “Pelea de toros” bronce con peana de mármol negro, de 80 euros pasó a 180. Una de F. León, “Rejoneador” (381) de 250 a 550 euros. Y una de Eloy Morales, “Lance de capa”, realizado en bronce patinado en verde, de 44 cm de altura. Adjudicándose por 400 euros desde los 250 de inicio.
El vestido de torear (406) de color verde botella y oro, perteneciente a Juan Belmonte García, 1920, logró rematarse en 2.250 euros desde los 1.800 en que se tasó al comienzo, convirtiéndose en la cifra más elevada de toda la colección. Buena venta también la del capote de paseo que fuera del diestro Jaime Ostos (419), realizado en seda verde bordada en oro y flores de colores. Con la imagen de la Virgen de la Esperanza Macarena, bordada al dorso. Este lo llevó el 17 de julio de 1963, en la corrida celebrada en Tarazona, en la que estuvo a punto de perder la vida. Salía en 500 euros y terminó en 900. El 424, era un capote de brega, dedicado y firmado, del que fuera su dueño, Curro Romero. Este llamó la atención de los coleccionistas, hasta el punto de pagar por él 700 euros, muy alejados de los 250 de su estimación inicial.
Otro de los grandes apartados de la jornada era la moda y los complementos, y que suele congregar a un gran número de compradores. En esta ocasión, fueron tres bolsos, de Loewe y Louis Vuitton, los mayores beneficiados. El 673, modelo de viaje en cuero negro con doble asa y cartera a juego con el monograma grabado de Loewe, partía de 250 y se bajó el martillo en 425 euros. Algo más consiguió, el otro de esta misma marca (675), en napa en color rojo coral y estampado en bajorrelieve Loewe Madrid 1846. Rematándose en 550 euros desde los 110 de inicio. El tercero (676), se trataba de un ejemplar de lona Monogram con asas y adornos de piel de vaca color beige de Louis Vuitton, ascendiendo desde 110 hasta 400 euros en que acabó. Mariano Santos @AntgOln