ADJUDICADO: SIMON DE PURY, APASIONADO POR EL ARTE

ADJUDICADO: SIMON DE PURY, APASIONADO POR EL ARTE

ADJUDICADO: SIMON DE PURY, APASIONADO POR EL ARTE

La autobiografía de Simon de Pury (Basilea,  Suiza, 1951) -que ha contado con la colaboración de William Stadiem. escritor y colaborador de Vanity Fair- es una narración muy fluida, que ofrece claves de la vida profesional y personal de uno de los grandes subastadores de piezas artísticas de las cuatro últimas décadas. A lo largo de las más de 300 páginas, estructuradas en veinte capítulos, que abarcan períodos históricos o personas que le influyeron en su trayectoria hasta llegar a ser uno de los grandes cronistas del coleccionismo de arte, tanto clásico como contemporáneo y de las mutuas interacciones con artistas, galeristas y todo el ecosistema del mundo del arte.

Simon de Pury. ©Foto Yakov Pechenin
De izda a dcha: Simon de Pury, el barón H.H. Thyssen-Bornemisza, Sir Hugh Casson, presidente de la Royal Acedemy, y Norman Rosenthal delante de unas obras de Edward Hopper y de Pablo Picasso en la inauguración de la muestra de Maestros Modernos de la colección Thyssen-Bornemisza en la Royal Academy, Londres 1984. ©Foto Royal Academy of Arts de Londres.

En El Subastador. Aventuras en el mercado del arte, editado por TurnerSimon de Pury revela muchas de las cosas que no se ven en las subastas de objetos artísticos y lo hace esbozando con precisión la forma de buscar las piezas, la historia que hay detrás de cada subasta, los momentos de luz y también los de sombra que esta actividad genera hacia dentro y hacia fuera. Según avanzaba esta apasionante narración por el mundo del ecosistema artístico recordaba las imágenes de una película tan original como La mejor oferta, dirigida por Giuseppe Tornatore y protagonizada por Geoffrey Rush que da vida a un experto en arte que goza de prestigio internacional en su profesión como subastador y que finalmente se ve envuelto en una historia de amor con sorprendente desenlace.

Simon de Pury, hijo de un abogado prestigioso de la firma Hoffman-La Roche, no fue un buen estudiante y fue a partir de los años 70 cuando decidió que su carrera se iba a dirigir al mundo del arte. Uno de los primeros tutores fue el coleccionista, marchante y galerista Ernst Beyeler, quien le dijo a De Pury que “lo bonito es enemigo de lo hermoso” y tras afirmar que había dos caminos para iniciar la carrera: el primero era estudiar y dar clases o escribir sobre arte; y el segundo era entrar en el mercado del arte. De Pury intuyó que su lugar estaba en la segunda opción e hizo caso del itinerario que pensó Beyeler por la atracción física que Simon sentía hacia el arte. Le recomendó que se hiciera marchante y para ello le dijo que trabajara con Kornfeld en Berna, luego que fuera a Sotheby’s  en Londres y más tarde a colaborar en la galería Malborough de Nueva York. Era un plan de cuatro años en ciudades distintas pero con una visión global. Muchas de las cosas planteadas por Beyeler las llevó a cabo Simon de Pury para ir aprendiendo una función compleja, no exenta de abismos.

En su período de formación en Sotheby’s conoció a dos personas muy relevantes en su vida: su compañera de estudios Isabel Sloman, que más tarde se convertiría en su esposa, y Peter C.Wilson, presidente de Sotheby’s y uno de los grandes transformadores de esta firma a pesar de su modestia y seguridad en su buen hacer, quien le aportó muchas de las grandes cualidades de Simon de Pury como ‘artista’ en el mundo de las grandes subastas. A lo largo de su vida, Simon ha sabido observar y aprender de algunos de los grandes coleccionistas, expertos en arte, marchantes, artistas y eso le ha posibilitado transitar con razonable éxito por un mundo difícil, donde las relaciones humanas y profesionales tienen una importancia fundamental para adaptarse a un universo cada vez más cambiante.

Conservador de la Colección Thyssen y amigo de Heini

Casi tres capítulos del libro están dedicados a su relación con el barón Thyssen, a las relaciones de éste con sus comadres y los intercambios que hicieron con los museos rusos antes de que cayera el muro de Berlín, un hito para mejorar las relaciones internacionales. Desde 1979 a 1986, Simon de Pury trabajó con Heinrich Thyssen como conservador de la colección de pintura que el barón tenía en Villa Favorita, su casa en Lugano, y que ahora está instalada en Madrid. En Yo y el barón, Simon de Pury da algunas claves de la familia Thyssen, del origen de su fortuna, del coleccionismo que inició el padre del barón, también llamado Heinrich, y de la personalidad del barón, un hombre por el que sintió afecto y admiración por su amor al arte. Una de los quehaceres principales de Simon fue racionalizar las adquisiciones del barón para objetivar los procesos de adquisición de obras de arte.

En el capítulo titulado Las alegres comadres de Heini; o, surge un coleccionista el autor explica parte del universo femenino que rodeó al barón, desde su última esposa, Carmen Cervera, pasando por Denise Shorto , y por ende la pasión que Heini sentía por las mujeres y por el arte, una constante en su vida. Desde su primer matrimonio en 1946 con la princesa austríaca María Teresa Lippe, su romance y matrimonio con la modelo Nina Dyer en los años 50, su nuevo enlace con la modelo Fiona Campbell-Walter, pilar de Vogue y musa preferida de Cecil Beaton, que tuvo un papel decisivo en sugerir al barón que coleccionara obras de arte más modernas de las que adquiría antes de conocerla como las obras de Nolde y de otros autores de comienzos del siglo XX.

Según narra Simon de Pury, Tita Cervera conoció a Heinrich Thyssen en 1981 a través de Manfredo Horowitz, uno de los grandes vendedores de joyas con mayor éxito en el mundo, que tenía gran habilidad para conectar personalidades tan destacadas como el barón y mujeres como Carmen Cervera.  A partir de ese momento la actual baronesa Thyssen sería una pieza clave en la vida del barón y ella con el tiempo se “percató de que el arte era el gran legitimador, vio la inmensa diferencia en el respeto que generaba, mucho más que el dinero o las propiedades por sí solas”, afirma el cofundador de la casa de subastas Phillips de Pury.

La baronesa Francesca Thyssen-Bornemisza y el Doctor Szücs. ©Foto Simon de Pury

En Intrigas extranjeras van desfilando profesionales tan relevantes como J. Carter Brown y Phippe de Montebello, dos aristócratas de distinta procedencia;  los viajes que hicieron posible el intercambio de obras de la colección del barón en Villa Favorita a cambio de obras impresionistas en los museos del Ermitage y Pushkin hacia 1983-1984, que duró cuatro meses  y fue la más visitada en Villa Favorita, con más de 500.000 personas. Este tipo de ideas le servía a Heini para construir puentes y utilizar el arte para fines diplomáticos. En ese momento de Pury trabajaba con el barón.

Regreso al podio y nuevos proyectos

Poco después de que Al Taubman, magnate inmobiliario de Detroit y amigo de Heini, se hiciera con el control de Sotheby’s, uno de su hombres de confianza, Michael Ainslie, tentó un par de veces a Simon de Pury para que volviera a la firma inglesa, dejando el puesto de conservador de la colección Thyssen para subirse de nuevo al podio y a manejar el martillo con destreza. Primero en Ginebra, luego como presidente de Sotheby’s Europa en 1992 y así hasta 1997, fecha en que abandonó la casa de subastas para embarcarse en un nuevo proyecto: primero fundar De Pury & Luxembourg, con su socia Daniella Luxemborug y más tarde, con el apoyo primero de Bernard Arnault , de LVMH, para el relanzamiento de la Philips- firma creada a finales del siglo XVIII- y poder competir con las dos grandes, Christie’s y Sotheby’s.  Fue una aventura en la que poco a poco, Simon de Pury se quedó solo y gracias al apoyo de algunos expertos de la compañía que confiaron en el proyecto pudo sostenerlo durante diez años, de 2001 a 2011.

El contacto con artistas contemporáneos como Jeff Koons y Damien Hirst,  la fuerza inversora del coleccionismo en el emirato de Qatar después por el apoyo de la jequesa Al Mayassa, unido a las subastas benéficas de Leonardo di Caprio fueron ocupando su tiempo en los últimos años, antes de lanzarse a su nueva aventura de un hombre comprometido por el arte con su actual esposa Michaela Neumeister, creando De Pury, una nueva casa de subastas para realizar ventas individuales al más alto nivel de grandes colecciones a través de internet.

Después de analizar las posibilidades que la tecnología brindaba en otros campos, De Pury lanzó por petición de una gran coleccionista belga, Marion Lambert, la subasta de su colección por internet e instaló durante dos semanas en la Casa Ely de Londres la Maison Lambert para que la subasta se pudiera seguir en streaming a través de tabletas y móviles. La subasta fue todo un éxito y se recaudaron casi 23 millones de dólares. Nuevamente Simon de Pury habia innovado para crear arte y seguía manteniendo su fino olfato para ir descubriendo nuevos artistas emergentes porque como escribe “lo que realmente me entusiasma nunca fueron la historia ni el dinero, sino más bien el absoluto placer de ver y estar cerca del gran arte”. Julián H. Miranda

El subastador. Aventuras en el mercado del arte

Simon de Pury con William Stadiem, 336 páginas y 9 páginas de fotografías.

Turner Libros, Colección Noema.

PVP: 21 euros.